El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, descartó en las últimas horas la posibilidad de que su gobierno impulse una suba de impuestos y advirtió que una medida semejante provocaría una contracción en la economía de su país. A su vez, el jefe de estado reveló que sufrió una “presión fuerte” de parte de sectores de la oposición y de su propio partido para imponer a la población una cuarentena obligatoria para hacer frente a la pandemia de coronavirus.
“Es imposible pensar en un aumento de impuestos”, dijo Lacalle Pou cuando fue consultado respecto a una posible alza en los gravámenes, en una entrevista en el programa Santo y Seña, de Canal 4. El mandatario justificó además la rebaja a la mitad de los descuentos en las compras con tarjetas de créditos, argumentando que se trata de una medida que tiende a garantizar la recaudación, pero no un nuevo tributo. “Si el gobierno no toma medidas, no va a recaudar”, señaló.
Lacalle Pou remarcó además que las medidas adoptadas por su administración eran tendientes a “reactivar la economía. Premiar al que pone un peso, dos pesos, un millón de pesos, al que contrata gente. Estamos convencidos de que además de fijar salarios tenemos que ir a un estímulo para la generación de fuentes de trabajo". En tanto, advirtió que el déficit aumentará: "Va a subir, sí. El ahorro de los US$ 900 millones... ya llevamos gastados US$ 400, más de renuncias US$ 150, más los US$ 80. Y va a seguir. Tuvimos que abrir, y sin ningún problema, la canilla para miles de uruguayos. Así que el ahorro de los US$ 900 millones pasó a segundo plano”.
“La idea es priorizar el empleo. Estamos viendo los mecanismos para generar ese mayor empuje al empleo. Hasta el momento, la matriz (que fija los beneficios fiscales) como ha funcionado, no ha sido muy satisfactoria. Así que estamos en un proceso de revisión”, indicó el presidente en declaraciones hechas al periodista Ignacio Álvarez.
En tanto, también hizo referencia a la determinación de no imponerle a la población una cuarentena obligatoria, pese a la resistencia que ejerció el Frente Amplio opositor y miembros de su propia coalición. “Hubo una fuerte presión, entendible y comprensible, y la tuve de gente muy cercana y obviamente idónea que pedía una cuarentena obligatoria”, respondió el mandatario, quien también hizo alusión al ex presidente Tabaré Vázquez quien también pidió un cierre obligado de las actividades nacionales. “Sentí que estaba equivocado”, subrayó Lacalle Pou. Sobre ese tema, concluyó sin entrar en polémicas: "Me cuesta ponerme en esos días y decir: ‘lo tendrían que haber previsto’. Me cuesta entender si las alarmas eran suficientes para pensar que en Uruguay podía pasar lo que terminó pasando”.
La cuarentena uruguaya
Desde el comienzo de la pandemia, Uruguay decidió tomar una postura diferente al resto de los países de América Latina en la lucha contra el coronavirus. El gobierno de Luis Lacalle Pou optó por una estrategia cuidadosa, enfocada en hacer sintonía fina entre salud y economía. Así, evitó la cuarentena obligatoria y apeló a la responsabilidad de la población. Esta estrategia hasta ahora ha dado buenos resultados: los contagios —con 734 casos confirmados y 20 víctimas mortales— pudieron contenerse y los indicadores económicos están sufriendo caídas menos severas en comparación con los países vecinos.
Los primeros cuatro casos confirmados de coronavirus se conocieron en el país el martes 13 de marzo. El mismo día el gobierno declaró la emergencia sanitaria y anunció las primeras medidas: se suspendieron las clases, los eventos masivos, las actividades no esenciales y se ordenó el cierre de fronteras. A la vez, el Ejecutivo lanzó la “Operación Todos en Casa”, para repatriar a los uruguayos que quedaron varados en el exterior en medio de la pandemia.
Por otro lado, el gobierno evitó dictar una cuarentena obligatoria, tal como venía pidiendo la oposición del izquierdista Frente Amplio. En lugar de esa medida, apeló a la responsabilidad de los ciudadanos, recomendando limitar las salidas a la calle. De esta forma, permitió que la actividad laboral continuara.
“Para nosotros la libertad del individuo es muy importante, el presidente nunca quiso tomar una medida que no tuviera en cuenta ese aspecto fundamental que es nuestra filosofía de vida”, explicó a Infobae la vicepresidenta de Uruguay Beatriz Argimón. “Nos sentimos muy cómodos con un mensaje que nos comprometía porque sabíamos que la libertad tiene como límite el cuidado del resto de la sociedad”.
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