Chile, sacudido por protestas sociales y cuya economía se contrajo por la pandemia del coronavirus, pidió al Fondo Monetario Internacional una línea de crédito flexible (FCL, por sus siglas en inglés) de unos 23.800 millones de dólares durante dos años, dijo el martes el organismo multilateral.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, recomendará la aprobación del acuerdo FCL, que según las autoridades chilenas será tratada como financiamiento precautorio, cuando el directorio se reúna para tratar el tema en las próximas semanas, señaló el Fondo en un comunicado.
De acuerdo con medios locales, ese tipo de líneas de crédito solo está disponible para países con muy sólidos fundamentos macroeconómicos. La mencionada herramienta tiene por objeto proteger a las economías ante eventuales shocks externos al proporcionar un acceso amplio y por adelantado a los recursos del FMI, sin condiciones ex post.
De acuerdo al comunicado del organismo internacional de crédito, la disponibilidad de la FCL “tiene por objetivo ayudar a alcanzar los objetivos del Banco Central ante eventuales situaciones de shocks externos severos, como los que podrían acompañar a un agravamiento significativo de los efectos globales de la crisis originada por el covid-19”.
“La facilidad no está destinada a financiar gasto público”, añade, además, el documento.
En un comunicado emitido casi a la par por el Banco Central de Chile, se afirma que “la FCL es una facilidad de carácter precautorio, complementaria a las fuentes propias de liquidez externa provenientes por ejemplo de las reservas internacionales”.
Por otra parte, el central precisa que esta herramienta, creada en 2009 y usada anteriormente por países como México, Polonia, Colombia y Perú, “no está sujeta a la condicionalidad de los tradicionales programas de ajuste del FMI para países que enfrentan una crisis de balanza de pagos. La FCL no impone acciones previas al país que la contrata ni condicionalidades ex post en caso de que se realicen desembolsos”.
De esta manera, el organismo solo demanda que “el país cumpla con los exigentes criterios de calificación”.
La economía chilena se contrajo 3,5% en marzo en comparación al mismo mes del año pasado, coincidiendo con el primer caso de COVID-19, que provocó una fuerte caída de los servicios y el comercio.
Pero las restricciones para evitar la propagación del virus no hicieron sino agravar una situación económica ya complicada en el país andino.
Las masivas manifestaciones sociales contra el gobierno de derecha de Sebastián Piñera, que se iniciaron el 18 de octubre pasado, impactaron en el Producto Interior Bruto (PIB) chileno, que cerró 2019 con una expansión de 1,1%, la menor en una década.
Para 2020, las autoridades chilenas estimaron una contracción de hasta 2,5% del PIB anual producto del coronavirus, pero el propio FMI estimó que la caída llegaría al 4,5%.
El Fondo ha advertido que la recesión económica debido a la pandemia podría golpear a países como Chile con “nuevas protestas, particularmente si las acciones políticas para mitigar la crisis COVID-19 se perciben como insuficientes o favorecen injustamente a las grandes corporaciones en lugar de a las personas”.
Chile enfrenta la etapa “más difícil” por la pandemia
Chile enfrentará en las próximas semanas la etapa “más difícil” por la pandemia de Covid-19 mientras el sistema de salud está extraordinariamente demandado, afirmó el martes el presidente Sebastián Piñera.
Pese a que las autoridades sanitarias han atribuido el mayor número de casos detectados recientemente al alza de exámenes, durante la jornada aumentaron su énfasis en llamar a respetar estrictamente las medidas de distanciamiento y cuarentenas impuestas.
Según cifras oficiales, sólo en mayo se han sumado más de 15.600 nuevos casos en la nación sudamericana, que totalizaba el martes 31.721 contagios y 335 muertos.
“Durante las próximas semanas sabemos que vamos a enfrentar los tiempos más difíciles y los mayores desafíos sanitarios en muchas décadas en nuestro país”, dijo en un acto público. “Como todos ustedes, nosotros también estamos preocupados y ocupados. No vamos a caer en ningún tipo de falsa confianza ni absurdo triunfalismo”, agregó.
El gobernante conservador destacó que actualmente hay 5,8 millones de personas bajo cuarentena total en 30 municipios a lo largo del país, de más de 18 millones de habitantes.
Algunos expertos han mostrado preocupación por el aumento en la ocupación de camas de cuidado intensivo, principalmente en la región metropolitana de Santiago. El gobierno ha dicho que podrá satisfacer la demanda. “Nuestro sistema de salud está extraordinariamente exigido, estresado y demandado”, admitió Piñera en su discurso.
Las autoridades en recientes semanas han estado recibiendo importaciones de insumos médicos, así como también ventiladores mecánicos para atender la emergencia.
Con información de AFP y Reuters
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