El número de fallecidos causados por la pandemia del coronavirus en Brasil llegó a 11.123, en tanto que los casos confirmados ascienden ahora a 162.699, según informó este domingo el Ministerio de Salud. El número de muertos supone que, en las últimas 24 horas, fueron notificados 496 nuevos decesos por COVID-19, mientras que fueron registrados 6.760 nuevos contagios en el mismo periodo, de acuerdo al boletín diario divulgado por la cartera. El total de casos roza los 163.000.
Los datos de este domingo sugieren una significativa reducción frente a las cinco últimas jornadas, cuando las muertes diarias se mantuvieron por encima de los 600. Pero el propio Ministerio de Salud ha reconocido que la información de lo fines de semana normalmente se terminan de consolidar los martes. Hasta el momento, el récord de muertes en una sola jornada fue de 751 el viernes.
Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil con unos 42 millones de habitantes, se mantiene como epicentro de la pandemia en el país y sobrepasó los 45.000 casos de COVID-19, con 3.709 decesos.
El estado de Río de Janeiro, donde algunos municipios iniciarán este lunes el confinamiento absoluto, es la segunda región más azotada por el coronavirus, con más de 17.000 infectados y 1.714 fallecidos.
Según fuentes hospitalarias, un 90 % de las camas de terapia intensiva en los hospitales privados de Río de Janeiro están ocupados, mientras que la red de salud pública ya colapsó.
Igualmente preocupa la situación en la empobrecida región nordeste del país, donde el estado de Ceará se convirtió en el tercero más azotado por el COVID-19, con 1.114 muertos y casi 17.000 casos confirmados.
En un intento de contener el avance de la pandemia, el gobierno regional de Ceará decretó el pasado viernes el confinamiento absoluto de la población en la capital Fortaleza. Sin embargo, tres días después, decenas de personas siguen desafiando las medidas de restricción. Diversos puntos de la ciudad registraron aglomeraciones este fin de semana, lo que obligó a que agentes de la policía intervinieran y cerraran varios establecimientos comerciales no esenciales.
Por su parte, Pernambuco, también en el nordeste, superó este domingo los 1.000 muertos por coronavirus y ha registrado en los últimos días un promedio diario de 700 infectados por día, totalizando 1.047 fallecidos y 13.275 casos.
No obstante, el archipiélago de Fernando de Noronha, situado en ese estado, anunció que levantará a partir de mañana su confinamiento absoluto decretado el pasado 20 de abril, después de que no registrara ningún nuevo caso y todos sus 28 infectados se hayan recuperado de la enfermedad.
Brasil superó la víspera la barrera de los 10.000 muertos, menos de dos meses tras la confirmación del primer deceso por COVID-19, el 17 de marzo, y ya es el sexto país del mundo más afectado por la pandemia. El ministro de Salud, Nelson Teich, lamentó la marca alcanzada este domingo y aseguró que dará “lo mejor” para vencer “rápido esta terrible guerra”, que el presidente Jair Bolsonaro ha llegado a llamar una “gripecita”.
Por su parte, el mandatario brasileño volvió a desdeñar de la pandemia y ha calificado la crisis sanitaria que su país atraviesa como una “neurosis”, mientras se paseaba en una moto acuática.
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