El Observatorio Ciudadano COVID-19 elevó este viernes a 431 los casos sospechosos de dicho padecimiento en Nicaragua, cuando el régimen de Daniel Ortega reconoce únicamente 14 desde que la pandemia ingresó oficialmente al país, a mediados de marzo pasado.
Según el Observatorio Ciudadano, que localiza de forma independiente casos de COVID-19 no reconocidos por las autoridades, la cantidad de personas contagiadas con el coronavirus SARS-coV-2 aumentó en un 38% desde el sábado pasado, con respecto a los siete días anteriores, consecuencia de un reporte de 118 casos nuevos.
El total de casos de COVID-19 reportados por el observatorio incluye 401 localizados por fuentes propias, 16 sospechosos reconocidos por el Ministerio de Salud (Minsa), y 14 confirmados.
El reporte incluye a unos 30 miembros del personal de salud en Nicaragua, entre médicos y otros trabajadores, que también han sido alcanzados por síntomas asociados al COVID-19, según el Observatorio.
El Observatorio Ciudadano, que no reporta casos confirmados debido a que solamente el régimen tiene acceso a las pruebas de COVID-19, resaltó que los datos oficiales indican que la pandemia tiene en Nicaragua una tasa del 29%, que la ubicaría como la más alta de América.
El Observatorio también reportó un total de 86 muertes de personas que presentaron síntomas de COVID-19, una cantidad distante de los cuatro reconocidos por el Gobierno del presidente Daniel Ortega.
De las 86 muertes, el régimen reconoce a cuatro como víctimas de la pandemia, 53 fallecieron por neumonía u otras enfermedades relacionadas con COVID-19, y otras 29 por infartos o causas desconocidas, que el Observatorio relacionó con el nuevo coronavirus.
Además, el Observatorio reportó un total de 147 irregularidades de las autoridades y grupos oficialistas relacionadas con la pandemia, como exposición de personas en actividades de aglomeración, amenazas, coacción, hostigamiento, represalias y respuestas inadecuadas del Ministerio de Salud.
El régimen de Daniel Ortega, que no ha establecido restricciones ni medidas de prevención social para evitar la propagación del COVID-19, aceptó el martes pasado, por primera vez, el uso de mascarillas y el distanciamiento social en Nicaragua.
Ortega, cuyo régimen promueve actividades de aglomeración -de hecho, ha organizado peleas de boxeo- ha insistido en que la prioridad es la economía, sobre el tema de la salud pública, basado en que el país no se puede detener.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) han expresado su preocupación por la forma en la que las autoridades de Nicaragua manejan la pandemia.
La oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han clasificado el tema como una transgresión del derecho a la salud.
Con información de EFE
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