Nayib Bukele es sin dudas el presidente que llevó más lejos el uso de Twitter en la política latinoamericana. No solo lo impuso como su medio predilecto para comunicarse públicamente, sino que lo convirtió en su principal medio para gobernar, al punto de que sus ministros y las fuerzas de seguridad responden a las órdenes emanadas de sus tuits como si estos fueran decretos.
El avance de la pandemia de coronavirus exacerbó muchas de las prácticas por las que Bukele era criticado, como ignorar a los poderes Legislativo y Judicial. Dentro y fuera del país, organismos de derechos humanos cuestionan su manera de combatir la pandemia, el que calificaron de autoritario. Entre las medidas se destaca la capacidad de las fuerzas de seguridad de efectuar arrestos discrecionales a personas que, concluyan, no tienen un motivo válido para estar fuera de sus casas.
En paralelo, líderes opositores también le critican que, más allá de tuitear, no esté presente en el terreno, coordinando la respuesta sanitaria a una crisis que registra 237 infectados y siete muertos en el país. Eso llevó a que algunas personas difundieran el rumor de que Bukele se había ido del país.
El Presidente respondió de manera insólita a esos planteos. Primero, publicó el martes a la noche una foto en la que se lo ve sentado en su despacho, con una mascarilla puesta y acompañada de un mensaje que pretendía burlarse de las críticas: “Los rumores de mi rapto por parte de extraterrestres son totalmente infundados...”, escribió.
Una hora más tarde, llevó el enfrentamiento más allá y publicó un fotomontaje de esa misma imagen pero con él sobre una estereotípica nave espacial. “#NewProfilePic”, tuiteó, refiriéndose a su nueva foto de perfil. Al miércoles por la tarde (hora local), la foto continúa siendo su imagen de perfil.
Ese fotomontaje fue uno de los tantos que crearon otros usuarios en las redes sociales. En algunos se lo veía en su escritorio, pero con una playa de fondo. En otros, con extraterrestres alrededor. Y hasta hubo uno en el que se lo veía en el Salón Oval de la Casa Blanca, con Donald Trump y Barack Obama como sus “invitados”.
Más temprano, Bukele había hecho un descargo escrito a quienes le reprochan que su presencia sea casi exclusivamente a través de Twitter. “No entiendo ese rumor de que no estoy en El Salvador. He realizado 4 cadenas nacionales. He estado a cargo de la respuesta ante la pandemia. He sancionado, observado y vetado decretos legislativos, lo que solo se puede hacer estando físicamente en nuestro país (...) He sostenido reuniones con mi equipo, con empresarios, con diputados, con gremiales, con embajadores, etc", dijo.
"Nunca en nuestra historia, un Presidente se había hecho cargo de cada detalle de una crisis como ahora (hasta me han criticado de “todologo” por eso). Mi último viaje fue del 5 al 7 de marzo. Desde entonces, mi esposa, mi hija y yo, hemos estado en nuestro país. Sé que ya no encuentran con que atacar. Pero ya están cayendo en el ridículo. Tal vez pudieran usar esas energías para ayudar, y si su corazón no da para tanto, al menos no estorben y déjennos salvar vidas, incluyendo las de ustedes”, agregó.
Luego, compartió una encuesta que decía que el 98% de los salvadoreños tienen una opinión positiva de él. “Sé que solo son el 1% de nuestro país (...) Pero el 1% de 7 millones son 70,000 personas. Y 70,000 personas pueden hacerle mucho daño a El Salvador”, afirmó.
Reclamos ante la Corte Suprema
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de El Salvador recibió desde el comienzo de la emergencia por la pandemia de COVID-19 un total de 174 recursos por supuestas vulneraciones a los derechos de 516 personas. Detalló además que 266 personas figuran como “titulares de derechos vulnerados” en los hábeas corpus y 250 en los amparos.
La Corte añadió que 18 hábeas corpus fueron “reconducidos” a amparos a raíz de que piden garantizar el derecho de libre circulación y fueron presentados por salvadoreños en el exterior, quienes no han podido ingresar al país.
Según cifras oficiales, unos 4.500 salvadoreños se encuentran en el extranjero, sin que exista un plan para su repatriación. Diputados opositores dijeron que valoran la posibilidad de superar el veto presidencial a un decreto legislativo que mandaba al Gobierno a permitir su retorno.
Entre los recursos procesados se encuentra también el de un menor de edad detenido por agentes de la Policía Nacional Civil por supuestamente saltarse la cuarentena domiciliar obligatoria, caso en el que los jueces constitucionales ordenaron sea llevado a su casa.
“Debe ser inmediatamente conducido a donde sus padres o representante legal” para que cumpla “obligatoriamente con la cuarentena domiciliar ordenada por el Gobierno, debiéndose únicamente guardar las medidas sanitarias necesarias”, reza el fallo.
De acuerdo con la demanda, el joven “fue capturado y golpeado por un agente policial y militares” en el central departamento de San Vicente.
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