Las autoridades sanitarias de Brasil reportaron este jueves que 188 personas murieron en las últimas 24 horas como consecuencia del Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, lo que lleva el total en el país a 1.924.
La cifra fue menor a la de los últimos dos días, cuando los decesos llegaron a 204 en cada uno, cifra récord para el país. La cantidad de casos positivos, en tanto, se incrementó en 2.105, y superó los 30.000. En concreto, asciende a 30.425.
El estado más afectado por el virus continúa siendo San Pablo, que registra 11.568 casos positivos y 853 muertes, el 38 y 44 por ciento de las cifras a nivel nacional, respectivamente. Lo sigue Río de Janeiro, con 3.944 transmisiones -una de ellas del gobernador del estado, Wilson Witzel- y 300 decesos.
En paralelo, la tensión política que atraviesa Brasil por el manejo de la crisis continuó este jueves luego de que el presidente, Jair Bolsonaro, despidiera a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien mantenía una postura contrastante con la suya. Lo sucederá el oncólogo Nelson Teich, quien ya aceptó el ofrecimiento.
Este desenlace era un hecho. El propio Mandetta había confirmado su salida horas antes este jueves. “Debe ser hoy, como mucho, mañana”. El funcionario explicó que permanecería en el cargo hasta que Bolsonaro lograra encontrar un sustituto y lamentó la falta de consenso y acuerdo durante estos “60 días de batalla” contra el coronavirus.
La decisión llegó tras varios días de especulaciones y semanas de declaraciones encontradas entre ambos. Mandetta defiende las medidas de aislamiento social e higiene recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. En el mismo espectro ideológico se encuentran los gobernadores de los 27 estados. Con Joao Doria (San Pablo) y Wilson Witzel como caras visibles, todos han impuesto medidas de esta naturaleza.
Bolsonaro, en contraste, ha minimizado su impacto y criticado las decisiones de los mandatarios regionales. Bolsonaro y sus seguidores alegan que la cuarentena genera un perjuicio económico más dañino que el coronavirus e insta a las personas a romperla. De hecho, ha salido a dar paseos y estrechar manos para ilustrar su postura.
Aunque la postura de Bolsonaro con respecto a la cuarentena ha recibido apoyo de aquellos empresarios, comerciantes y trabajadores que han visto una preocupante caída en sus ingresos, muchas personas han reaccionando con enojo ante lo que ven como una subestimación de la pandemia por parte del mandatario.
Las críticas contra el presidente se han multiplicado además debido a que sus acciones y las de sus seguidores, que organizan marchas para pedir el quiebre de la cuarentena, contradicen a las reglas y regulaciones establecidas por su propio ministerio de Salud con respecto a las aglomeraciones de personas, la distancia social y el contacto físico.
Más sobre este tema: