El 10 de abril pasado, el presidente argentino Alberto Fernández anunció la extensión de la cuarentena obligatoria en su país. En su mensaje, mostró una serie de cifras para demostrar que el confinamiento sí estaba funcionando, pero que aún no estaba ganada la lucha contra el virus.
En su explicación, comparó las estadísticas nacionales sobre los infectados con las de los dos países vecinos: Brasil y Chile. El primero, para esa fecha había registrado 19.638 contagios, mientras que el segundo, 6.501.
Como la cantidad de enfermos registrados también está influida por la cantidad de test que se realizan, Fernández hizo hincapié en la diferencia en fallecimientos: ese día Argentina tenía 82 muertos confirmados; Chile, 65 y Brasil, 1.057. En ese momento pronunció una frase que retumbó en el Palacio de La Moneda: “Chile tiene un tercio de nuestra población”.
La aclaración fue una daga para el mandatario chileno Sebastián Piñera que pidió ese mismo día que su gobierno le elaborara un informe comparativo entre ambos países. El presidente chileno necesitaba saber si Fernández estaba en lo cierto, si la performance argentina era mejor que la de su administración.
Ese informe llegó a su escritorio este sábado 11 de abril. En tres páginas, el ingeniero comercial Pablo Eguiguren, ex jefe de gabinete del Ministerio de Economía en el inicio del segundo mandato de Piñera, refutó con estudios internacionales los dichos del argentino.
“Coronavirus: Chile vs. Argentina”, se titula el informe desarrollado solamente con la intención de resolver si Fernández tenía razón. El texto cita informes internacionales, como el del London School of Hygiene & Tropical Medicine, según el cual Chile estaría reportando el 50% de los casos sintomáticos del país, siendo el 7° mejor país del mundo en este indicador. Por su parte, Argentina estaría reportando el 13% de los casos sintomáticos, ubicándolo en el 38° lugar entre 79 Estados.
El documento también hace referencia a un artículo sobre América Latina de la Unidad de Inteligencia de The Economist, publicado el 27 de marzo pasado, donde evalúa los países en distintas áreas (de 1 a 5, donde 1 es la mejor evaluación). Según este análisis, Chile está mejor puntuado en cuatro de los siete criterios evaluados, empata en 2 y solo queda peor parado en uno.
Chile aparece mejor evaluado que la Argentina en “Respuesta de contención”, la evaluación cualitativa de los analistas sobre el rigor de los protocolos de distanciamiento social, la aplicación de los controles de frontera y las medidas adoptadas para aumentar la tasa de pruebas.
Además, el gobierno de Piñera resultó mejor puntuado en el criterio de “Informalidad”, en el que se utiliza la proporción del empleo informal para evaluar la vulnerabilidad de los mercados laborales a las crisis económicas.
También aventaja a la Argentina en el ítem “Previsión de estímulo fiscal”, que considera la magnitud del estímulo fiscal, como porcentaje del PIB, desplegado para minimizar el daño económico.
Por último, está mejor valuado en el tópico “Deuda pública”, en el que la Unidad de Inteligencia de The Economist utiliza la relación deuda pública/PIB como una aproximación al espacio fiscal disponible.
La Argentina, en cambio, resulta mejor valuada en el ítem “Dependencia de los productos básicos”, donde se usa la relación exportaciones de productos básicos/PIB para evaluar la exposición de los países a las perturbaciones de la demanda externa.
El informe chileno, además remarca la diferencia de testeos entre ambos países. El texto recalca que, con datos al 11 de abril, Chile realizó 76.374 pruebas de coronavirus versus las 18.027 que realizó Argentina.
Finalmente, el gobierno de Piñera marca la diferencia en el número de casos importados: 642, en Chile; y 816, en Argentina.
El informe elaborado por pedido de Piñera
Por su parte, Alberto Fernández aclaró este domingo que al mostrar las gráficas comparativas durante aquella conferencia de prensa no estaba “hablando mal de nadie”, sino que buscaba demostrar que la política de su administración “funciona”. “Le recuerdo una frase de Serrat: Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, afirmó el presidente argentino al ser consultado sobre el informe elaborado por su par chileno.
En declaraciones al canal Telefé, el jefe de Estado subrayó: “No quiero abrir un debate con Piñera, ni con ningún gobernante del mundo”.
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