La inflación en Brasil en marzo fue del 0,07%, el menor nivel para este mes desde la creación del Plan Real de ajuste económico en 1995, como consecuencia de las medidas de restricción a la movilidad adoptadas para combatir el coronavirus y pese a la subida de los precios de los alimentos.
La inflación en marzo fue casi diez veces inferior a la del mismo mes del año pasado (0,75%) y cerca de cuatro veces menor que la de febrero de 2020 (0,25%), según los datos divulgados este jueves por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
La fuerte caída del índice de precios en marzo fue impulsada principalmente por el desplome de las tarifas de transporte (-0,90%), en especial aéreo, que cayeron 16,75%, así como de los precios de los combustibles (-1,88%).
Como la mayoría de los Gobiernos regionales brasileños impuso medidas de restricción de movilidad para frenar el COVID-19, como cuarentenas o cierre de fronteras y comercios, las aerolíneas casi se paralizaron y la demanda por otros transportes también se redujo sustancialmente.
Para ese resultado también contribuyó la bajada de los precios de los combustibles en Brasil, ajustados a la caída de la cotización del petróleo en los mercados internacionales, que están en su menor nivel en varios meses.
La inflación en marzo podía haber sido menor de no haber sido por la subida de los precios de los alimentos provocada por la inicial correría de los consumidores a los supermercados para abastecerse durante la cuarentena y el aumento de la demanda de comidas a domicilio.
Según el IBGE, los precios de los alimentos, que habían subido un 0,11% en febrero, saltaron un 1,13% en marzo, presionados por el aumento del 1,40% en los precios de las comidas a domicilio.
Algunos alimentos registraron una fuerte subida de sus precios, como la cebolla (20,3%), el tomate (15,7%), la patata (8,16%) y los huevos (4,6%).
“Hubo una aceleración diseminada en los precios de los alimentos. Los números sugieren que las personas están comprando más para comer en casa”, afirmó el economista Pedro Kislanov, responsable por los estudios de precios del IBGE.
La fuerte caída de la inflación en marzo hizo con que la tasa acumulada en los tres primeros meses del año se limitara al 0,53%, igualmente el menor nivel para el período en los últimos 25 años, desde la creación del Plan Real que acabó con la hiperinflación en Brasil.
La poca variación de los precios en marzo hizo igualmente que la inflación interanual (abril de 2019 a marzo de 2020) se limitara al 3,30%, más de un punto porcentual inferior a la medida en el mismo mes del año pasado (4,58%) y muy por debajo de la meta trazada por el Gobierno para este año (4,0%).
Los economistas del mercado financiero, que ya revisaron sus proyecciones teniendo en cuenta el impacto del coronavirus, prevén que Brasil cerrará 2020 con una inflación del 2,72%, la menor para un año desde 1998 (1,65%).
Las restricciones por el coronavirus también obligaron al IBGE a cambiar sus métodos de medición de precios, pues suspendió los registros presenciales y pasó a evaluar las variaciones mediante llamadas telefónicas, correos electrónicos y consultas a sitios en Internet.
(Con información de EFE)
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