Las autoridades sanitarias de Brasil informaron este miércoles que 39 personas murieron como consecuencia del coronavirus en las últimas 24 horas, llevando de esa manera la cifra total de decesos en el país a 240. Son tres menos que los del día anterior.
La cantidad de casos positivos, en tanto, registró un aumento de casi 20 por ciento comparado con el día anterior -1.119- y trepó a 6.836. Ambas cifras son las más altas de América Latina.
San Pablo continúa como epicentro del brote en el país, con casi 3.000 casos positivos, lo que representa más del 40 por ciento del total nacional, y 164 muertes, el 68 por ciento. Lo siguen Río de Janeiro, con 832 positivos y 28 decesos, Ceará (444 y 8) y el Distrito Federal (355 y 3).
El avance del coronavirus ha generado una nueva crisis política en el país, consecuencia del choque entre el presidente Jair Bolsonaro y el resto del arco político respecto del abordaje que tomarse.
Bolsonaro ha minimizado el impacto de la pandemia, atacado a los mandatarios regionales que han impuesto medidas de aislamiento social -los 27 gobernadores han tomado algún tipo de decisión de esa naturaleza-, y priorizado evitar que la economía se frene.
En un mensaje al país pronunciado el martes, Bolsonaro moderó su tono y calificó a la enfermedad como “el mayor desafío de nuestra generación”. Sin embargo, no mostró intención de cambiar su enfoque y continuó asegurando que los remedios para hacer frente al coronavirus “no pueden ser peores que la enfermedad” y recalcó en la necesidad de “salvar vidas” sin que ello repercuta en el empleo.
“Tenemos que ser cautelosos y precavidos con todos, en especial con los más mayores y aquellos que sufran enfermedades”, al mismo tiempo que se “combate el desempleo que crece rápidamente entre los más pobres”, dijo Bolsonaro.
Bolsonaro, uno de los pocos jefe de Estado que aún persiste en poner en tela de juicio las recomendaciones de la OMS, vio el lunes cómo su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, le contradecía y adoptaba el discurso de las autoridades provinciales y estatales, al afirmar que la cuarentena era la mejor medida para hacer frente al virus.
El dirigente manifestó que comprende la importancia de las medidas de prevención, las cuales deben ser implantadas “de manera racional, responsable y coordinada”, pero al mismo tiempo su preocupación está con los “más vulnerables”.
El contraste entre su postura y los lineamientos seguidos por la mayoría de las autoridades mundiales se vio ilustrado en el hecho que Facebook e Instagram eliminaron publicaciones suyas en las que desafiaba las medidas de aislamiento social. Las redes sociales consideraron que generaba “desinformación” y por eso la dieron de baja.
“Retiramos contenido de Facebook e Instagram que viola nuestros Patrones de la Comunidad, que no permiten una desinformación que pueda causar daños reales a las personas”, indicó Facebook en un comunicado enviado a los medios.
Ambas redes sociales borraron uno de los tres videos publicados por Bolsonaro el domingo, en los que se ve al mandatario provocando pequeñas aglomeraciones durante un recorrido por barrios de Brasilia.
Este miércoles Bolsonaro anunció un nuevo paquete financiero de apoyo a medidas para “la manutención de empleos” por un total aproximado de 110.000 millones de reales (unos 22.000 millones de dólares).
La medida fue anunciada después de que el mandatario conversara con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Bolsonaro siempre ha elogiado enfáticamente a su homólogo y, de hecho, la moderación de su tono coincide con la del mandatario, quien en una conferencia de prensa el martes advirtió a la población que debían prepararse para dos semanas muy difíciles.
Trump también había asegurado que estaba considerando imponer una prohibición de vuelo a Brasil, probablemente como consecuencia del enfoque de Bolsonaro con respecto a la pandemia.
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