Cada día al centro de emergencias del hospital Los Ceibos en Guayaquil llegan unas mil personas. La situación, como en otros lugares del mundo, es de total descontrol. En un sola semana las 600 camas del centro de salud más grande de Ecuador han sido ocupadas por pacientes con coronavirus o con sospechas de estar contagiados.
“No hay sistema sanitario que soporte esta afluencia de pacientes en una emergencia como esta. Este tipo de cosas no se ven nunca. Realmente es algo que no importa todas las armas que tengamos para afrontarlo, es demasiado”, advierte Luis Yépez, médico a cargo del área de neurología del hospital Los Ceibos, en conversación telefónica con Infobae.
Con 1403 casos confirmados y 34 fallecidos, Ecuador es el segundo país latinoamericano con más muertes y contagios detrás de Brasil. Y Guayaquil, la ciudad más grande del país andino, es uno de los epicentros de la pandemia en el continente.
Los Ceibos ahora se dedica exclusivamente a recibir pacientes infectados por coronavirus, o con síntomas respiratorios altamente sospechosos de la infección. Con esto las dinámicas dentro del hospital y las prioridades cambiaron, Yépez, que dirige el centro neurológico del lugar, ahora hace largas y extenuantes guardias de piso, tal como las hacía en sus comienzos como médico internista. Lo importante es dar una mano en lo que se pueda.
El neurólogo ecuatoriano es enfático en algo que repiten todas las autoridades de salud del mundo hasta el hartazgo: la única manera de combatir el coronavirus, por el momento, es con el distanciamiento social. A pesar de que en Ecuador está vigente el estado de excepción, toques de queda, suspensión del trabajo presencial y las clases, Yépez cree que las personas en su ciudad no han tomado en serio las sugerencias de las autoridades y por esta razón hay una gran cantidad de contagios.
“Primero tenemos que partir por definir un poco el tema epidemiológico de este virus: es altamente agresivo y es altamente contagioso, lo cual es una combinación extremadamente peligrosa. Eso sumado a la poca colaboración que hay en la comunidad. Se pidió de diferentes maneras, por todos los medios de comunicación, pero realmente si hubo un 50 por ciento de colaboración te exagero. Mucha gente en las calles. El virus tuvo la oportunidad de reproducirse, de replicarse. Y bueno, estamos viviendo las consecuencias de aquello”, dice.
Yépez también advierte de que muchas personas llegan a la sala de emergencia creyendo que podrían tener coronavirus, cuando en realidad no lo tienen y se encuentran otros que sí están contagiados y con una alta carga viral.
“Eso hace que la persona que llegó sana se ponga en contacto con otra que está contagiada y se enferme, entonces el problema se multiplica rápidamente”, advierte.
También alerta sobre otro problema que está sucediendo en distintos hospitales del mundo: la falta de insumos como trajes y mascarillas con los que se debe dotar al personal médico y así evitar que sean contagiados.
“Se acaban sumamente rápido porque son insumos que son prácticamente descartables. Un traje sirve para un médico y para un paciente; entonces, si tienes 160 pacientes hospitalizados necesitas 160 equipos para el número de médicos, calcula el número de trajes que necesitas en un hospital de 600 camas”, dice.
Con respecto al tratamiento y al pronóstico del paciente con coronavirus, Yépez asegura, según su experiencia en estas últimas semanas, que es imposible asegurar una buena evolución, ni siquiera teniendo el respirador al lado. Cuenta de algunos casos de pacientes que llegan en buenas condiciones y, de un momento a otro, su capacidad pulmonar falla y mueren.
Por esta razón, el médico ecuatoriano dice que ante esta situación no sirve la medicina de curación sino la de prevención. “Y para eso es fundamental la distancia social, el aislamiento social”, insiste.
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