El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su hijo senador, Flavio Bolsonaro, promovieron en sus redes acciones y mensajes que atacan la restricción de circulación como medida para contener el avance del nuevo coronavirus.
En la noche del jueves, el presidente divulgó en su cuenta de Facebook un video de una caravana de vehículos celebrando la reapertura de comercios y escuelas en un balneario en Santa Catarina.
“El pueblo quiere trabajar”, escribió el presidente debajo del video.
El mandatario de ultraderecha calificó de “gripecita” la enfermedad que en un mes en Brasil ya suma 2.915 casos y 77 muertos, según el ministerio de Salud. Además, dijo que el coronavirus es “como la lluvia” y que muchos se “mojarán”, pero insistió en la baja tasa de mortalidad de esta nueva enfermedad.
En la misma sintonía, el senador Flavio Bolsonaro distribuyó en Facebook un video que termina firmado por el gobierno federal y que lleva por eslogan central “Brasil no puede parar”. En su cuenta de Twitter, mientras tanto, el senador escribe frases como “¡La salud en segundo lugar!”, con mensajes contra la OMS, por ejemplo.
En sus alocuciones, Bolsonaro suele minimizar la gravedad del coronavirus y ataca a los medios de comunicación y a los gobernadores que, a su juicio, “quieren paralizar” el país.
En los últimos días, el mandatario ha presionado a los gobernadores para que reabran las escuelas y los comercios, y el ministerio de Economía llegó a ordenar suspender el pago a trabajadores estatales de beneficios como el pago de transporte y otros adicionales.
Rápidamente, los mensajes #OBrasilnaopodeparar y #Bolsonarotemrazao (Brasil no puede parar y Bolsonaro tiene razón) comenzaron a replicarse en las redes sociales por parte de los bolsonaristas.
Mientras tanto, en los grupos de WhatsApp de los seguidores del presidente comenzaron a convocarse caravanas en varias ciudades y también llamados a realizar movilizaciones.
El miércoles, 26 de los 27 gobernadores de Brasil se reunieron virtualmente y enviaron una carta a la presidencia solicitando apoyo. Todos se pronunciaron a favor de medidas de aislamiento social, dijo al término de la reunión Joao Doria, gobernador de Sao Paulo, estado epicentro de la enfermedad en Brasil.
La mañana de este viernes, Bolsonaro afirmó ante periodistas y seguidores que los gobernadores y alcaldes que determinen el cierre obligatorio de comercios deberán costear el pasivo laboral y aseguró que el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, iba a reabrir el comercio el lunes. Pero Rocha desmintió de inmediato que tenga esos planes, en una entrevista con el diario O Globo.
En esa tensión entre medidas de prevención y actividad económica, el jefe de Estado asistió el viernes al lanzamiento por el Banco Central de Brasil de una línea de crédito de emergencia de 40.000 millones de reales (USD 8.000 millones) para que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar salarios durante dos meses.
La Cámara de Diputados aprobó por su lado la noche del jueves un proyecto de distribución de ingresos por tres meses para trabajadores informales que oscilará entre 600 y 1.200 reales (USD 120 y 240). El texto debe ser discutido ahora por el Senado.
Con información de AFP
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