El pasado martes 17 de marzo la ministra de Justicia de Paraguay, Cecilia Pérez, participó de una conferencia de prensa junto al ministro de Defensa, Bernardino Soto. En su comparecencia, Pérez informó que su cartera suspendió “hasta el final de la cuarentena” las visitas de familiares en las penitenciarías para evitar que el brote llegue a las cárceles del país.
La funcionaria destacó la “rápida” labor del presidente Mario Abdo quien, “sin esperar que las cosas se agraven tomó la decisión de decretar la cuarentena, luego de la confirmación del segundo caso”. Tras esa medida, todos los ministerios comenzaron a “trabajar internamente”.
Pérez indicó que la primera decisión de su cartera fue “restringir los días y horarios de las visitas, que son las que podrían traer el virus”. Pero con el correr de los días, las autoridades directamente decidieron suspender las visitas hasta que finalice la cuarentena.
“Cortar las visitas no es una decisión fácil. Muchas personas encuentran una contención emocional importante en las visitas. La visita trae insumos, comida, dinero… Dentro de los centros hay pequeñas despensas”, explicó a Infobae la ministra de Justicia de Paraguay.
Remarcó, además, que en las cárceles del país, donde hasta el momento no se registran casos de coronavirus, se hizo “un trabajo de concientización interna, de la importancia de que no reciban la medida como una orden”.
Pérez aseguró que, al suspender las visitas, se pusieron en marcha alternativas “para bajar la ansiedad” de los reclusos. “Estamos trabajando para garantizar que la comida llegue a todos; también iniciamos medidas internas, como actividades deportivas, culturales y recreativas”.
“En los centros nos exigen la educación básica, y como no hay clases, también se quedaron sin eso”, agregó.
Para que no pierdan la comunicación con sus familiares, las autoridades penitenciarias habilitarán líneas telefónicas “sin costo, para que puedan comunicarse con sus familiares, con control del personal penitenciario”.
Pese a la restricción de visitas, “en las instalaciones hay desinfecciones diarias, el personal tiene que cambiarse al llegar para no traer el virus de afuera, y cambiarse la ropa para no llevarla a su casa”.
“Si bien al principio no recibieron con agrado la idea, los reclusos se están concientizando. Tenemos algunos episodios de salud dentro de los centros; la gente internamente también entra en pánico cuando atraviesa casos respiratorios, o por una gripe. Los casos que tenemos responden a otros casos, como tuberculosis o VIH, no coronavirus”, afirmó.
Aunque por el momento no se han registrado casos del COVID-19 en las cárceles de Paraguay, Pérez señaló que en el marco de la reestructuración presupuestaria que está realizando el presidente, su cartera solicitó el aumento de personal sanitario para los centros penitenciarios.
“Hoy esta epidemia nos iguala. Por eso es importante cuidarnos entre todos. No hay diferencia si estamos o no detrás de los muros. Cada vida cuenta”, concluyó la ministra un comunicado enviado en las últimas horas a funcionarios, reclusos y la prensa local.
Hasta este domingo Paraguay registra 22 casos de contagios, de los cuales uno falleció.
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