El presidente Jair Bolsonaro acaba de enviar al Congreso un pedido para que declare la situación de “calamidad pública” hasta el 31 de diciembre próximo. La norma permite flexibilizar los gastos del Estado nacional, en un momento de expansión de la epidemia de COVID-19. “Sería temerario en este cuadro el cumplimiento de las restricciones fiscales. Implicaría los riesgos de paralización de la maquinaria pública en el momento en el que más se precisa de ella”, informó la presidencia de Brasil.
La preocupación del Planalto es contar con los recursos necesarios para combatir el avance del Coronavirus. El cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que establece límites para el gasto público, tornará “inviable el combate a la enfermedad que genera la calamidad pública”.
Justamente, una investigación realizada por el instituto Fiocruz, de Río de Janeiro, junto con científicos de la Pontificia Universidad Católica (PUC), indicó que Brasil podrá tener la próxima semana 5.000 casos comprobados de Coronavirus. La proyección se realizó en base a los datos recogidos sobre la evolución de la epidemia en ocho países, entre ellos China, Estados Unidos e Italia. El escenario peor es para San Pablo, que hoy presenta un récord de ocurrencias en Brasil. Los cálculos revelan que podrá alcanzar los 3.400; mientras Río habrá de llegar a los 600.
El estudio revela también que, en la expectativa menos dramática, el estado paulista igual llegaría a los 2.400 casos. Con esa perspectiva, el gobernador de San Pablo Joao Doria resolvió el cierre de shoppings en la capital paulista a partir del próximo lunes. También clausurarán gimnasios, que viene a sumarse a otras medidas de suspensión de actos, cines, teatros y misas, ya en vigencia.
Uno de los realizadores del dossier de la Fiocruz, Fernando Bozza, subrayó que la velocidad exponencial en el número de casos podrá ser controlada si el gobierno de Jair Bolsonaro “tomara las medidas ya. Va a depender de las estrategias de mitigación que se implementen: cancelar las clases, disminuir la circulación de personas, cerrar iglesias y gimnasios, hasta la determinación de cuarentenas inmediatas de casos sospechosos”. El presidente Bolsonaro declaró ayer que había que evitar “la histeria” en esta pandemia. Pero el día de hoy amaneció con una noticia negativa: su ministro más cercano, el general Augusto Heleno, informó que contrajo del Covid-19.
El test le dio positivo. El funcionario, muy próximo al presidente, estuvo reunido ayer en tres oportunidades con el jefe de Estado y no portaba barbijo. Una especialista brasileña de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mariangela Simão, cuestionó a “los brasileños” por no dar a la epidemia la importancia que esta tiene. Sostuvo que mientras el virus de la influenza “circula desde hace tiempo en el mundo, en el caso del coronavirus se está ante algo completamente nuevo, donde nadie tiene inmunidad y son muchas más los que pueden contraer la infección”.
Por el momento, en Brasil, esta parece ser una “enfermedad de ricos”. Los primeros contaminados llegaron de viajes por el mundo, a regiones que ya tenían circulación del coronavirus. Pero en un corto tiempo, la dolencia podrá afectar a los sectores más pobres y vulnerables. “Si no hay una posibilidad de realizar una vigilancia epidemiológica en esos sectores sociales, todo puede volverse más complicado”, advirtió Simão.
Ante esa alternativa, el ministerio de Salud en Brasilia evalúa la posibilidad de aislar en navíos a personas de bajos ingresos que estén infectadas. En las embarcaciones serían atendidos los individuos con síntomas leves, que no exijan internación en una Unidad de Terapia Intensiva. En cuanto aquellos lugares sin proximidad del mar, el plan del gobierno federal es llevar a los contaminados a hoteles e inclusive a unidades habitacionales que aún no se hayan entregado.
El gobierno indicó que ya se contactó con las empresas de cruceros y estas informaron que hay disponibilidad en 20 de sus navíos. “Tenemos que abordar cómo alimentamos a esas personas, el monitoreo, los medicamentos y , en caso de que se agraven, dónde podrán ser rápidamente tratados” declaró el viceministro de Salud Joao Gabbardo.
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