“Una las de coronavirus es Carmela Hontou, la íntima amiga de Marta. Llegó de Europa y se fue al casamiento, así que contagió a un pueblo… Después hablamos, estoy histérica”, se escucha en uno de los audios que se viralizaron en las últimas horas. La “histérica” no es solamente esta uruguaya, cuyo tono delata su estrato social, hay más como ella… “Estoy tan indignada, pero tan indignada, tan indignada”, dice otra. Y así se multiplican los mensajes que circulan en los grupos de WhatsApp de los más selectos del país.
La indignación tiene un porqué… Carmela Hontou, diseñadora de modas de 57 años, es uno de los casos confirmados de Coronavirus en Uruguay. Pero lejos de respetar el protocolo de cuarentena voluntaria que se sigue en casi todos los países afectados, ella no solo no se quedó en su casa, sino que asistió a uno de los eventos más importantes de los últimos días en Uruguay, un multitudinario casamiento con 500 invitados, “el del hijo de Lea Filipelli”, como dice la “histérica” del audio.
“¿Vive en un tupper?”, se quejó otra uruguaya en los ya célebres mensajes de WhastApp, y muy lejos no estaba en su análisis…. Hontou, además de ir al casamiento, comió con su madre, de 84 años. Los ancianos son el grupo de principal riesgo del virus y, de hecho, la mayoría de los más de 5.800 muertos que se registraron en el mundo por coronavirus eran adultos mayores.
Al imprudente accionar de la diseñadora, se suma la confusión en sus explicaciones. Aseguró que siempre quiso “cuidar a los uruguayos” pero no tuvo ningún reparo en asistir a un evento luego de haber regresado de países en zona roja como Italia y España, los dos más afectados de Europa con más de 1.600 muertos entre los dos.
El relato de Hontou afirma que viajó el 22 de febrero a Madrid con destino a Milán pero como sus compromisos se cancelaron volvió a Uruguay. “Llegué sintiéndome bien y sin síntomas de ningún tipo. Pregunté si había alguna medida en el aeropuerto porque venía de Europa y me dijeron que no. Ese mismo día almorcé con mi madre de 84 años y de noche fui a un casamiento con 500 personas", contó.
En diálogo con El País, justificó su decisión de no aislarse voluntariamente: “No fui al casamiento mal, no tenía ningún síntoma. Recién el domingo empecé a estar ronca y pensé que no era nada, tengo problema de reflujo y lo relacioné con eso”.
Pero llegó la fiebre, uno de los síntomas más comunes del coronavirus cuando se lo combina con el otro factor de alerta, el haber estado en zona de riesgo. “Empecé con vómitos, llamé a un médico a domicilio y me diagnosticaron broncoespasmo”, siguió. Y en este momento empiezan las confusiones. Según declaró la médica que la atendió quiso internarla pero ella afirma que no lo permitió “para evitar contagiar a otras personas”.
De acuerdo con su testimonio, ella luchó para que el ministerio de Salud le hicieran la prueba de coronavirus porque intuía que podía tenerlo.
“La idiota llegó el jueves de Europa y el viernes fue a un casamiento”, se la escucha conmocionada a una de las uruguayas del grupo de WhastApp… Hoy, sábado, la cifra de contagiados confirmados por el gobierno se elevó a seis y aún resta saber si los nuevos infectados estuvieron con Carmela.
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