En un nuevo episodio de la puja de poder entre el gobierno interino de Bolivia y el MAS, que tiene mayoría en el Parlamento, Jeanine Áñez ha restaurado este martes en su cargo al ministro de Defensa, Luis Fernando López. Un día antes lo había destituido, en cumplimiento de la decisión adoptada la semana pasada por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que lo había cuestionado por el rol de los militares en la crisis política.
Áñez buscó con la maniobra sostener a su ministro y, al mismo tiempo, cumplir con la Constitución Política del Estado (CPE). Para ello, nombró provisoriamente al general de división Gastón Ramiro Peñaloza, que reemplazó a López en el cargo por unas horas.
El general Peñaloza fue posesionado junto a representantes de las Fuerzas Armadas ante la Junta Superior de Decisiones de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil), que realizarán esas funciones hasta 2021, de acuerdo a un boletín del Ministerio de Defensa. En una reunión “extraordinaria” se realizó la posesión de seis oficiales representantes de las Fuerzas Armadas ante esa junta, tras ser elegidos “democráticamente, mediante elecciones”, según el comunicado.
La Asamblea Legislativa, controlada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) del ex presidente Evo Morales, censuró el pasado viernes a López por dos cuestiones: la petición que las Fuerzas Armadas hicieron al líder indígena para que dimitiera en noviembre de 2019 y la represión de las protestas contra su salida del poder en enero de 2020.
Áñez se resistió a acatar la decisión del Congreso durante el fin de semana, pero finalmente el lunes emitió un decreto ejecutivo por el cual “se deja sin efecto la designación del ciudadano Luis Fernando López como ministro”. Apenas 24 horas después, volvió a designarlo como ministro de Defensa, en una jugada política que le permite mantenerlo en el cargo al mismo tiempo que acata la decisión de la Asamblea Legislativa.
“¿Por qué quieren destituir al ministro López? Porque trabajó y ha demostrado que su lealtad está comprometida con la democracia”, dijo Áñez en la toma de posesión de López, que se ha celebrado este mismo martes en el Palacio Quemado. Además, la mandataria boliviana acusó a “un sector del MAS” de diseñar “una estrategia que busca la ingobernabilidad” de la nación andina, según informa el diario local El Deber.
La presidenta de la Asamblea Legislativa, Eva Copa, del MAS, había pedido que se respete la Constitución, que establece que un ministro censurado debe ser destituido, tras reiterar que la ausencia de López fue “injustificada”. López había pedido un aplazamiento para responder a esa interpelación sobre acciones militares en las jornadas más críticas de la crisis social y política en noviembre pasado en Bolivia, en las que murieron al menos una veintena de personas, según distintas fuentes, en las ciudades de Sacaba y El Alto.
La Constitución establece que la censura parlamentaria conlleva la destitución del ministro, aunque el Gobierno interino considera que no puede tomarse esa medida si el interpelado no está presente en el Parlamento. La censura del ministro interino de Defensa es la primera que se produce en Bolivia con la Constitución vigente desde 2009.
Morales dimitió el 10 de noviembre después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) detectara irregularidades en las elecciones presidenciales del 20 de octubre. Más de 30 personas murieron por los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores del líder indígena y con las fuerzas de seguridad.
Bolivia aspira a superar la crisis política con las elecciones generales del 3 de mayo, en las que Áñez competirá para mantenerse en el cargo, si bien Morales no podrá participar porque las autoridades electorales le han inhabilitado por estar fuera del país. Actualmente está refugiado en Argentina.
Con información de EFE y Europa Press
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