“Yo, Luis Lacalle Pou, me comprometo por mi honor a desempeñar lealmente el cargo y a guardar y defender la Constitución de la República”, dijo emocionado el nuevo presidente Uruguayo. Quien le tomó juramento fue José Mujica, presidente provisional del Senado.
Emocionado, luego del juramento, el flamante presidente resaltó el haber llegado al Gobierno a través de una coalición y del trabajo de distintos sector. “Hay que recordar que somos inquilinos transitorios del poder”, aseguró Lacalle Pou quien, además, recordó que los gobernantes están para “servir” a la gente.
Además prometió unidad y escuchar a todos. “No se trata en la transmisión de mando tierra arrasada. Hicimos campaña de una manera y lo vamos a practicar en el gobierno. Nos negamos a que esta etapa sea cambiar una mitad por la otra. La unión es lo que nos piden los uruguayos. Por eso estamos aquí, para continuar lo que se hizo bien. Para corregir lo que se hizo mal y sobre todo para hacer lo que no se supo o no se quiso hacer en estos años. Sumado a eso, en este cambio de época en el cual la transformación constante nos obliga al desafío y a acompañarla o incluso tratar de adelantarse”.
En materia de política exterior, aseguró que trabajará para fortalecer el Mercosur. “Hay que fortalecer la región, el Mercosur, y al mismo tiempo lograr flexibilizar el bloque para que cada socio pueda avanzar en acuerdos bilaterales con otros países”, dijo. Además, remarcó la importancia de llevar a buen puerrto el acuerdo Mercosur- Unión Europea: “Deben cumpluirse los procesos comenzados con la UE. No debe importar el signo político de cada uno de los miembros del Mercosur, para afianzar nuestro bloque debemos de dejarlos de lado”.
Aseguró que tiene un compromiso de ser austero. “Impulsaremos una verdadera regla fiscal y crearemos la agencia de evaluación y monitoreo de finanzas públicas”. “El déficit fiscal de nuestro país es el más alto de los últimos años. El ciudadano ya ha hecho el esfuerzo. Este gobierno tiene un compromiso de manejarse de manera austera. Cuidaremos cada peso de los contribuyentes”.
Además, afirmó que es inminente una reforma de la seguridad social. “El gobierno saliente definió su urgencia pero no la acción, pero nos comprometemos a la brevedad de convocar a todos los partidos, a la sociedad civil y a los técnicos, para hacer del sistema uno sostenible”.
Lacalle Pou también adelantó que habrá cambios en materia penal y prometió apoyo a la Policía: “Vamos a cuidar a los que nos cuidan”. Porque, aseguró, que no está dispuesto a ceder ante la delincuencia y el narcotráfico.
El nuevo presidente también aseguró que habrá cambios en “la gobernanza de la educación”, para que cada alumno consiga superar debilidades preexistentes. “Todo esto se llevará adelante con el irrestricto respeto de la autonomía de los docentes”, prometió.
Lacalle Pou finalizó su discurso con un “viva la patria”. Intercambió una señal de pulgar para arriba con su padre, quien le devolvió un guiño y otro pulgar para arriba.
Una ceremonia llena de muestras de cariño espontáneas y mucho calor
Banderas celestes con un dibujo de un gaucho que grita viva la patria, chicos con porras celestes, gorros y globos entre otras cosas fue el decorado que preparo el pueblo uruguayo para festejar el cambio de mandato.
La familia Lacalle es muy natural, aseguran las personas cercanas al presidente. Y así se lo pudo ver en todo momento, desde que salió de su casa en Lomas de la Tahona donde un grupo de vecinos lo espero y se tomo el tiempo para saludar a todos y sacarse fotos. La Primera Dama también tuvo un trato cariñoso con la gente que realmente estaba muy emocionada.
Jinetes de todas partes de Uruguay llegaron a la Plaza Independencia para acompañarlo en su asunción. Una promesa colectiva que reúne a más de 3.000 caballos, el 90% es gente del campo que juró que si la situación del país cambiaba, ellos iban a estar presentes en la asunción.
El calor fue tan sofocante, hubo picos de 30 grados, que hasta los jinetes tuvieron que rociar con agua a los caballos. Los integrantes de las Delegaciones Internacionales buscaron sombra durante todo el día mientras esperaban en la plaza que llegara el presidente que recorrió junto a su compañera, Beatriz Argimón, algunas calles cercanas a la plaza.
Se trasladaron en el famoso auto conocido como la “cachila de Herrera” que llevo a Luis Alberto Lacalle Herrera, el 1 de marzo de 1990. “Vamos Luis”, “viva Lacalle”, “vamo, arriba Uruguay”, coreó lo gente sin parar mientras el auto que llevaba al presidente pasaba por los jinetes de diferentes departamentos del país que se posicionaron por todo el camino. Esta movida fue promovida de boca en boca y a través de las redes sociales por el sector agropecuario, muy vinculado al nuevo gobierno.
Luego del desfile, ya en la Plaza de la Independencia, se produjo uno d elos momentos más significativos de la jornada: el traspaso de la banda presidencial que Tabaré Vazquez le entrego a Lacalle. Este elemento fue confeccionado a medida de cada presidente y tiene bordada a mano con hilo de oro las iniciales de la República Oriental del Uruguay. Se escucharon de fondo Las bocinas, las cornetas y los cánticos de la gente en los círculos concéntricos de la Plaza Independencia durante toda la ceremonia protocolar. Lacalle y Vázquez intercambiaron un afectuoso saludo no bien se vieron y caminaron del brazo hacia el escenario donde se produjo el traspaso y se firmaron las actas oficiales.
Ya con la banda puesta, el presidente agradeció a “todos los paisanos que salieron de tierra adentro” y los escoltaron. En todo momento se lo escuchó emocionado e hizo hincapié en cómo todo el cariño de la gente significa para él más responsabilidad en sus hombros. Aseguró que la coalición va a dejar lo mejor en estos cinco años y también agradeció a las delegaciones extranjeras por acompañarlo. Por último aseguró que mañana arranca un gobierno que va hacer la tarea y “si las cosas no salen, la responsabilidad va a ser del presidente de la república”.
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