Un periodista brasileño fue asesinado de 12 balazos en su casa por sicarios en la ciudad de Pedro Juan Caballero, distante a 550 kilómetros al noreste de Asunción, en la frontera con Brasil, el pasado 12 de febrero.
Se llamaba Leo Veras, era un influyente de la comunicación en la frontera, e intentó huir de los criminales corriendo hacia el patio trasero de su domicilio. 11 impactos en la espalda se lo impidieron y uno más en la cabeza fue el tiro de gracia, según reveló en su momento el fiscal Marco Amarilla. “Fue el disparo que le fulminó para rematarlo”, dijo el funcionario.
Este lunes, la Fiscalía paraguaya afirmó que el comunicador fue asesinado por órdenes de Sergio de Arruda Quintiliano Neto, alias “Minotauro”, uno de los líderes del Primer Comando Capital (PCC). “Se tiene una hipótesis de que el pedido había sido del grupo de ‘Minotauro’”, señaló Amarilla, de acuerdo a lo que recogen medios de comunicación paraguayos.
Según la información que manejan los investigadores desde mediados de 2016, “Minotauro” lidera una organización criminal que busca quedarse con el control del tráfico de drogas en la zona de la frontera.
El periódico Última Hora publicó que la aparición del hombre de nacionalidad brasileña y el rápido crecimiento de su figura hizo que se desatara una guerra sangrienta en la frontera entre organizaciones dedicadas a negocios ilícitos.
Un gran número de los más de 70 casos de sicariato que se dieron en Pedro Juan Caballero el año pasado, habrían sido ordenados por Sergio de Arruda, quien está en prisión en Brasil pero su poder lo mantiene en la frontera. “Lo que tenemos son sospechas suficientes. Tienen dominio del hecho en la organización que segó la vida del periodista”, agregó el fiscal sobre el grupo.
Veras, que trabajaba para varios medios digitales, tenía 15 años de residencia en Paraguay, con esposa e hijos paraguayos.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó el hecho en un comunicado y solicitó a las autoridades de Paraguay y Brasil “trabajar de forma coordinada, exhaustiva y urgente para conocer la verdad, juzgar y sentenciar a los asesinos”.
Los asesinos actuaron con el rostro oculto por pasamontañas y escaparon en una camioneta que los aguardaba, señaló el comisario de la zona, que llegó hasta el sitio del crimen, Rodolfo Núñez.
El suceso se produjo en presencia de la esposa, un hijo de la pareja y el suegro de Veras.
“Por sus características, es un crimen por encargo”, comentó el fiscal Amarilla.
Leo Veras es el décimo octavo periodista asesinado al estilo del crimen organizado desde que comenzó la etapa democrática en Paraguay hace 31 años.
En enero pasado, en la misma ciudad fronteriza, donde se producen cerca de un centenar de muertes entre bandas mafiosas, se escaparon por un túnel de la cárcel local 76 presos, 40 de ellos de nacionalidad brasileña.
“El crimen organizado ha permeado todas las instituciones”, dijo entonces el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y afirmó que entre ellos hay políticos, policías y periodistas a su servicio.
Aparte del narcotráfico, la criminalidad violenta a través de ajustes de cuenta, sicariato y enfrentamiento entre bandas integradas por paraguayos y brasileños ha aumentado en forma notoria y ha rebasado hasta la seguridad penitenciaria, admitió la ministra de Justicia Cecilia Pérez.
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