El 18 de enero pasado tres presos políticos de la galería 5, de la cárcel Modelo, iniciaron una huelga de hambre para exigir su liberación. Entre ellos está Ernesto Antonio Ramírez García, 38 años, capturado el 16 mayo de 2019 por policías y paramilitares en Jinotepe, Carazo. Poco a poco se fueron uniendo otros, y a estas alturas son unos 20 los reos que se niegan a ingerir alimentos sólidos, según Skarleth Narváez Marenco, esposa Ramírez García.
La huelga, más que una forma de presionar al régimen de Daniel Ortega, es un llamado de auxilio a sus propios compañeros opositores. “A raíz de la última salida de 91 presos políticos, el 30 (de diciembre de 2019), tomaron esta iniciativa porque desde de esa salida ya no hubo mucho movimiento para su liberación, quedaron menos y se sintieron olvidados”, dice Narváez.
Según las listas de las organizaciones opositoras, hasta este miércoles había 65 presos políticos en las cárceles del régimen de de Daniel Ortega. Son los últimos de al menos un millar que han pasado por las cárceles después de la rebelión de abril de 2018. Solo durante 2019 se liberaron unos 700 presos políticos, de acuerdo a cálculos de la opositora Alianza Cívica.
El tema de los presos políticos dominó la agenda opositora durante 2019 y pasó a un segundo plano después de la última liberación del 30 de diciembre pasado. Se volvió más relevante el tema de las reformas electores de cara a las elecciones que se estarían dando en noviembre de 2021.
La discusión política en Nicaragua parece ser aquella de “¿qué es primero: el huevo o la gallina?” ¿Se debe poner como condición la liberación de todos los presos políticos para participar en unas elecciones o se debe cambiar al régimen mediante elecciones para liberar a los que estén presos y poner fin a las nuevas detenciones?
De hecho, levantó una ola de críticas el comentario del líder opositor Mario Arana, en un programa de televisión en el que señaló que los presos políticos podían ser liberados cuando haya “una nueva administración” en Nicaragua.
“Hay una represión muy fuerte que ha desmovilizado a la gente, eso no quiere decir que no deberíamos avanzar en la organización para un cambio en Nicaragua, un cambio que nos lleve eventualmente a reformas electorales y elecciones, y en el ínterin, ojalá, la liberación de presos, y si no, se van a liberar en cuando ya esté otra administración en el poder”, dijo Arana en el programa Café con Voz, del periodista Luis Galeano.
Y aunque Arana posteriormente se retractó y pidió disculpas públicas por sus declaraciones, el comentario cayó como balde de agua fría en el ánimo de los presos políticos y sus familiares.
“Una entrevista que hizo el compañero Mario Arana, eso fue otra cosa que los desmotivó”, dice Skarleth Narváez. “¿Cómo es posible que este señor, siendo de la oposición, venga con esto de que nosotros los presos podemos esperar hasta que haya un cambio de gobierno?, dijeron. Se sintieron desmotivados. Como que no vale la pena morir para que otros estén pensando en sus intereses”.
Desde la cárcel, los presos políticos hicieron pública una carta de reclamo en la que exigen "dejen de jugar con nuestra libertad".
“Al Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada), Alianza Cívica, Unidad Nacional Azul y Blanco y partidos políticos, dejen de negociar cosas que todavía no tienen importancia, no nos tomen como monedas de cambio, paro ya, dejen de jugar con nuestra libertad”, dice el escrito levantado a mano en una hoja de cuaderno.
En la misma carta, los reos anuncian que su huelga de hambre ha pasado “al extremo”, que significa cortar también la ingesta de agua con el propósito de que “que hablen con la verdad hasta obtener y poder hacer efectiva nuestra salida”.
“No puedo confirmar si están en esa etapa porque no he tenido contacto con ellos. No sé si cumplieron con su palabra”, dice Narváez, quien tiene programada la próxima visita a su esposo para el 21 de febrero.
Este jueves nueve presos políticos fueron excarcelados en un paquete de mil presos que el régimen de Daniel Ortega sacó de las cárceles en honor al “Día del Amor que todo puede, y el Amor que todo vence”, anuncio Rosario Murillo, Vicepresidente de la República, en su tradicional alocución radial del mediodía.
“Y hoy, como muestra de Amor Cristiano, tenemos que 1.000 hermanos, 900 varones, 100 mujeres, recibieron el beneficio legal de convivencia en sus hogares, en sus familias, en Tipitapa, Managua, Matagalpa, Chinandega, Estelí, Granada, Juigalpa, y Costa Caribe Sur, Bluefields”, dijo Murillo.
Skarleth Narváez teme por la salud de su esposo. Entre los nueve liberados este jueves se encuentra uno de sus sobrinos y le relató que Ernesto Ramírez “quedó desbaratado, lo mira como que delira, mucho dolor de cabeza y le dio un como preinfarto”.
Ramírez participó en la rebelión que sostuvieron los ciudadanos de Jinotepe, cuando la ciudad quedó paralizada por las barricadas de protesta y que policías y paramilitares desmontaron a balazos. Huyó y era buscado como “el 25” por los paramilitares. Fue capturado la madrugada del 16 de mayo de 2019 junto con su esposa Skarleth Narváez. Ambos fueron llevados a las celdas de Auxilio Judicial de Managua, conocidas como “El Nuevo Chipote” y mientras Narváez fue liberada a los 12 días, a Ramírez le abrieron un proceso por “tráfico de armas de alto calibre” y “posesión de estupefacientes”.
“Quedan 56 presos políticos aún” señala Ivania Álvarez, miembro del Consejo Político de la opositora Unión Nacional Azul y Blanco (UNAB). “Se liberaron en honor al 14 de febrero. ¡Es una cosa loca! Aquí celebramos todo. Salieron mil y de esos mil, 10 son presos políticos, porque hay un señor que no quiere por seguridad que se le incluya, y 990 son presos comunes. No es por arreglo ni nada, solo se detectaron que salieron estas personas”.
Álvarez, que también es una excarcelada del grupo que salió el 30 de diciembre, dice que su organización no se ha olvidado de quienes guardan prisión por razones políticas. “Al menos desde la Unidad Nacional no los hemos abandonados. En todas nuestras movilizaciones, piquetes y banderas están siempre con el dedo en la llaga sobre la liberación de presos y sobre que se deje de encarcelar”, dice.
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