El número de víctimas por las lluvias que castigan desde el jueves el estado brasileño de Minas Gerais (sudeste), que fueron las mayores en la historia de Belo Horizonte, la capital regional, se elevaron este sábado a 30, en su mayoría por deslizamientos de tierras, informaron los bomberos.
De acuerdo con el último boletín del Cuerpo de Bomberos de Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil, además de las 30 víctimas, otras 16 personas fueron declaradas como desaparecidas, 7 fueron hospitalizadas por diferentes heridas, unas 2.590 tuvieron que abandonar sus residencias y 911 fueron acomodadas en alojamientos improvisados.
Según el comandante general del Cuerpo de Bomberos, coronel Edgar Estevo, Belo Horizonte fue el municipio con mayor número de víctimas, pero las lluvias también dejaron muertos en los municipios de Ibirité y Betim.
Al menos 36 municipios de Minas Gerais registraron inundaciones o deslizamientos por los fuertes temporales.
Las primeras víctimas fueron una mujer y sus dos hijos, de 6 años y 6 meses, que murieron sepultados el viernes por un alud que destruyó la vivienda en que vivían en Ibirité, un municipio de la región metropolitana de Belo Horizonte.
Pero los temporales se intensificaron en la noche del viernes y en la mañana de este sábado se registraron nuevos deslizamientos, uno de los cuales sepultó a dos personas en el barrio de Vila Bernadete, en donde son buscados varios desaparecidos debido a que el alud destruyó seis viviendas.
Otros cinco desaparecidos son buscados en el barrio Jardim Alvorada de Belo Horizonte y otras cuatro en el barrio Duque de Caxias de Betim, otro de los municipios del áreas metropolitana de la capital regional.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), Belo Horizonte registró el viernes el día más lluvioso en su historia, por lo menos en los 110 años en que se hacen mediciones, con 171,8 milímetros de agua acumulados en 24 horas.
Además de inundaciones y deslizamientos, los temporales en Belo Horizonte y su área metropolitana provocaron desbordamientos de ríos, caídas de árboles y postes del tendido eléctrico, el desplome de un edificio en construcción y bloqueos de carreteras.
La alcaldía, tras declarar estado de emergencia, suspendió las actividades en las escuelas municipales, y orientó a colegios y universidades privadas a igualmente suspender las aulas.
El último fin de semana, otras siete personas murieron, dos resultaron heridas y una continúa desaparecida debido a las fuertes lluvias que azotaron el vecino estado de Espíritu Santo, también en el sureste de Brasil.
La Defensa Civil de Espíritu Santo señaló que 3.300 personas perdieron su residencia o fueron desalojadas de sus casas en las ciudades de Iconha, Río Novo do Sul, Vargem Alta y Alfredo Chaves, la más afectada por las tormentas que se intensifican en el verano como resultado de días de extremo calor.
Con información de AFP y EFE
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