El cineasta francés Christophe Ruggia fue detenido este martes para ser interrogado por la policía francesa, después de que la actriz Adèle Haenel lo denunciara por abuso sexual cuando ella tenía 13 años y fue dirigida por él en el filme Los diablos (2002), informó la Fiscalía de París.
Los hechos denunciados tuvieron lugar en 2002, cuando Haenel trabajó en el mencionado filme de Ruggia, y sufrió “acoso sexual permanente, tocamientos repetidos”, “un gran control” y “besos forzados en el cuello”, según reveló la intérprete en noviembre pasado a Mediapart, el mismo medio que también dio a conocer las acusaciones de la actriz Sand Van Roy contra el realizador Luc Besson.
Haenel aseguró haber sufrido ese acoso durante la preparación del rodaje, pero también en posteriores festivales a los que acudieron en promoción de la película. Unos días más tarde, la Fiscalía de París abrió una investigación de oficio e interrogó a la actriz, que ahora tiene 30 años y que posteriormente presentó una denuncia contra Ruggia.
Ganadora de dos premios Cesar del cine francés, Haenel confesó haberse sentido “destruida” por aquellos abusos, aunque dijo no haber acudido antes a la Justicia por falta de confianza en ella para enfrentar este tipo de delitos.
La acusación de Haenel fue apoyada por una de las integrantes de la producción de aquella película quien recordó que el vínculo del director con quien era entonces una niña, era extraño: “Su forma de tratarse no era normal, teníamos la impresión de que era su novia”
La versión del cineasta
Ruggia, que en la actualidad tiene 54 años, rechazó unas semanas más tarde esas acusaciones, que atribuyó a la decepción de la actriz por no haber sido elegida para participar en una de sus películas. En un artículo publicado a finales de diciembre en el semanario Marianne, el cineasta aseguraba que tras el gran trabajo de Haenel en Les diables le propuso escribir un guión con un papel para ella, pero que su productor no aceptó.
“Ella lo apostó todo a mi futura película. Al día siguiente recibí una carta de una violencia inusitada en la que me decía que dejaba el cine porque yo la había traicionado y manipulado”, dijo el director.
Ruggia reconoció que pudo impresionar demasiado a una adolescente como Haenel y se excusó de no haber sabido verlo en aquel momento. Pero rechazó todo acoso sexual y criticó la censura mediática que ha sufrido desde que se reveló la denuncia de la actriz.
El director fue inmediatamente expulsado de la Sociedad de Directores de Cine (SRF) francesa, de la que había sido en varias ocasiones copresidente o vicepresidente.
Varias actrices mostraron su respaldo a Haenel, al igual que la primera dama, Brigitte Macron, en un momento en el que Francia vivía otras acusaciones de acoso sexual, como las vertidas contra el director Roman Polanski.
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