Un grupo de manifestantes lanzó restos de bombas lacrimógenas a los pies del altar de la catedral de Santiago de Chile, en medio de la misa de este sábado en la que se nombraba a Celestino Aós como arzobispo de la ciudad.
En el acto religioso, cuatro personas se acercaron al altar a comulgar, momento en el que arrojaron restos de bombas lacrimógenas en señal de protesta.
Además, según han informado desde Carabineros, siete personas que pertenecen a una organización de Derechos Humanos desplegaron una pancarta en la que se podía ver la frase “¿Y el pueblo cuando será consultado?”. El cuerpo policial ha detenido a dos hombres por desorden.
Durante la misa, Aós ha aludido a los días de “agitación, división y ataques” que está viviendo Chile. “Ningún cristiano puede quedarse de observador, menos aún de censor o de condenador”, ha afirmado.
81 detenidos en las protestas del viernes
Por otro lado, Carabineros ha informado de que se detuvieron a 81 personas durante la jornada de manifestaciones del viernes en Plaza Italia, en el centro de Santiago.
El general Enrique Bassaletti, jefe de la zona este de la Región Metropolitana de Santiago, ha detallado que cerca de 3.000 personas se concentraron en la plaza. Además, ha señalado que 64 policías resultaron heridos, de los que uno de ellos sufrió una fractura de nariz por una pedrada.
Bassaletti ha indicado también que la Fiscalía ha iniciado una investigación sobre el lanzamiento de un líquido de color amarillo que provocó lesiones y quemaduras a algunos manifestantes.
“Observadores de Derechos Humanos hicieron saber esta condición a la Fiscalía Centro Norte y en forma inmediata el fiscal instruyó retirar ese vehículo”, ha manifestado, aunque ha añadido que no tiene conocimiento de personas que hayan resultado heridas a causa de este líquido.
Continúan las protestas
Las protestas en Chile estallaron el 17 de octubre contra la cuarta subida del precio del metro en pocos meses, pero crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
Piñera, que llegó a declarar el estado de emergencia desplegando a las Fuerzas Armadas, pidió perdón por no escuchar el clamor de los chilenos y propuso una “agenda social”. Para hacerla realidad, remodeló el Gobierno e inició un diálogo con los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas.
Más de 20 personas han muerto por los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y más de mil han sido detenidas. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha denunciado torturas y otros abusos contra las personas detenidas en el marco de las protestas.
(Con información de Europa Press)
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