Decenas de miles de personas tomaron este viernes el centro de Santiago de Chile para mostrar que la revuelta contra la desigualdad sigue viva cuando cumple once semanas y deja al menos 24 muertos, en la que fue la primera protesta del 2020.
Desde primera hora de la tarde la gente fue congregándose en la céntrica Plaza Italia, zona cero del descontento social en todo el país, y los cientos se convirtieron en miles y con la caída de la tarde eran decenas de miles los que ocupaban la rotonda y numerosas calles aledañas.
Después de que la celebración del Año Nuevo reuniera a miles de chilenos en el epicentro de la protesta, este viernes los manifestantes fueron más todavía y demostraron que pese al calor del verano austral y las fechas estivales las demandas ciudadanas por mejor salud, pensiones o educación no están de vacaciones.
La llegada del nuevo año suele traer como tradición la petición de nuevos deseos y los chilenos presentes en las protestas tienen claro que el suyo es seguir luchando por un país con mayor justicia social.
Blanca Tam, una enfermera de geriatría, explicó a Efe que para el 2020 lo que quiere es que el Gobierno “abra los oídos” y escuche al pueblo que se manifiesta desde el pasado 18 de octubre.
“Pido para este 2020 que (los políticos y Carabineros) tengan un poco de conciencia y de criterio y si uno es presidente de un país es para cuidarlo, para protegerlo y no para destruirlo. Porque eso es lo que están haciendo, están destruyendo a su propio pueblo”, indicó.
En ese sentido, Guillermo Astete, otro de los ciudadanos que protestaba en el centro de la Plaza Italia, señaló a Efe que pide al nuevo año que la gente siga luchando por las reformas que consideran necesarias en los servicios básicos.
“Ahora la gente podría estar de vacaciones y en la playa, y están acá. Están luchando porque todos tenemos la finalidad de que algo se consiga y sea todo para bien y que salga mejor. En eso estamos”, dijo.
Asimismo, señaló que las medidas tomadas por el Gobierno de Sebastián Piñera en la llamada agenda social no son suficientes para satisfacer a una ciudadanía que considera el modelo neoliberal chileno como el origen de las desigualdades en el país sudamericano.
“Le pediría (al 2020) que no decaiga, que la gente siga en pie y espero que ojalá el presidente tome una medida seria para que esto termine porque al final esto le hace ningún bien a nadie”, dijo Astete.
Un joven que se identificó como Kevin, de origen colombiano y quien se cubría el rostro con un pañuelo para evitar los gases lacrimógenos, pidió a Piñera que “piense en su pueblo”.
“Aquí seguimos y no va a parar. Así que Piñera, piense hermano. Yo que soy extranjero, piense en verdad en su pueblo, en aquellos niños de las poblaciones que se están perdiendo. Esto no para, se le viene Chile encima, porque esto no para, esto continúa”, señaló a Efe.
En las calles aledañas a la Plaza Italia algunos grupos de manifestantes se enfrentaron a Carabineros con piedras y cócteles molotov e hicieron retroceder a los efectivos policiales que resguardaban el monumento al cuerpo uniformado, a unas dos cuadras de la plaza.
En medio de los disturbios prendieron fuego a barricadas y tomaron parte de la Alameda Bernardo O’Higgins, principal arteria de la capital, en donde permanecieron protestando por varias horas.
Una iglesia cercana al lugar fue saqueada y sus bancos incendiados en la calle en las barricadas al tiempo que en el otro lado de la calle algunos manifestantes apedrearon un edificio cercano.
El estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), confirmó en su último balance que al menos hay 3.583 personas heridas en el marco del estallido social, de ellas 2.050 por disparos de algún tipo efectuados por fuerzas del Estado, mientras que 359 recibieron heridas oculares.
Los detenidos ascienden en más de dos meses de protestas a 9.589 según constató el organismo, que ha denunciado 1.549 vulneraciones a los derechos humanos.
Con información de EFE
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