El Tribunal Electoral de Bolivia fijó para el domingo 3 de mayo las elecciones generales

La fecha fue anunciada por el vicepresidente del organismo, Óscar Hassenteufel, quien indicó que el próximo lunes darán a conocer los detalles de la convocatoria. De los comicios no podrá participar el ex presidente Evo Morales

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El nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia
El nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia fijó para el primer domingo de mayo -que caerá el día 3- las próximas elecciones presidenciales. La fecha fue confirmada por el vicepresidente del organismo, Óscar Hassenteufel, quien indicó que el próximo lunes darán a conocer los detalles de la convocatoria. “Hasta ahí les puedo adelantar. El día lunes se publicará todo", expresó Hassenteufel en un contacto con la prensa en la ciudad de Sucre.

El anuncio llega tres días antes de que venciera el plazo otorgado a las nuevas autoridades desde su toma de posesión. Originalmente, tenían dos días hábiles para hacerlo, pero fue aumentado a 10 el pasado 20 de diciembre considerando que no hubieran contado con una cantidad de tiempo prudencial para organizar un nuevo calendario electoral.

De las elecciones no podrán participar el ex presidente boliviano, Evo Morales, ni su vice, Álvaro García Linera. Esto así debido a que la ley que llama a los nuevos comicios establece que no podrán competir quienes hayan ocupado el máximo cargo ejecutivo después de dos períodos consecutivos.

No obstante, sí estará presente en la boleta el partido que todavía lidera Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS). El pasado 31 de diciembre el TSE desestimó los pedidos para cancelar la personalidad jurídica del partido, basados en las acusaciones de fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre.

Morales, exiliado con estatus de refugiado político en Argentina desde el 12 de diciembre de 2019, oficia como jefe de campaña del partido e indicó que el 19 de enero se llevará a cabo una cumbre con líderes del partido para elegir a la fórmula presidencial.

Entre los candidatos mencionados se menciona a Andrónico Rodríguez, un joven líder campesino de los productores de coca. Asimismo aparece Adriana Salvatierra, ex presidenta del Senado. El listado lo completan Luis Arce, ex ministro de Economía, que el viernes salió exiliado a México; el excanciller David Choquehuanca y el exministro de Justicia Héctor Arce.

Otros referentes políticos del espectro político boliviano también han anunciado su intención de competir en los comicios. Hasta ahora, los ex candidatos presidenciales Carlos Mesa -principal contendiente de Morales en los comicios fallidos de octubre- y Chi Hyun Chung, ambos detractores del MAS, han expresado su deseo de repetir en las urnas.

Carlos Mesa. REUTERS/Manuel Claure
Carlos Mesa. REUTERS/Manuel Claure

A ellos se ha sumado Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz, quien el 31 de diciembre selló un acuerdo con Marco Pumari para que sea su compañero de fórmula. Camacho y Pumari le pidieron “disculpas" a la gente “por los errores cometidos” y expresaron su “empeño y compromiso de no repetirlos”. Además, criticaron fuertemente al ex presidente Evo Morales y a “todo su narcogobierno”. Los candidatos afirmaron que los hechos ocurridos en el país les “exigió liderar una reivindicación pacífica por la dignidad” de la patria.

(@Marco_Pumari_A)
(@Marco_Pumari_A)

Por su parte, la presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, propuso celebrar una “cumbre de líderes políticos” para formar un frente común contra el MAS.

“Sí pensaría, si así las condiciones se dan, en una cumbre de líderes políticos porque creo que acá hay un objetivo común en los bolivianos, no queremos dispersión del voto, no queremos que suceda lo del 20 de octubre”, dijo Áñez en una entrevista concedida a Televisión Universitaria.

Los nuevos comicios están destinados a zanjar la crisis política desatada luego de las elecciones en las que un la OEA determinó hubo una “manipulación dolosa” de los votos.

El pasado 10 de noviembre el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, había pedido la anulación de las elecciones tras difundir los resultados preliminares de ese informe, realizado por auditores encargados de valorar la calidad democrática del proceso. Al igual que el reporte final, el organismo había determinado la existencia de “irregularidades muy graves” en el proceso.

La declaración de la OEA elevó los niveles de agitación existente en la sociedad boliviana desde el día de las elecciones, marcado por denuncias de fraude contra el entonces presidente. Poco después de la publicación, el todavía presidente Morales anunció nuevas elecciones y la conformación de un nuevo TSE.

Sin embargo, la decisión no logró calmar las tensiones. Y horas después, el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le solicitaron al jefe de Estado que dimitiera para desactivar un escenario crecientemente convulsionado, cosa que Morales hizo ese mismo día.

Más de 30 personas murieron en los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Morales y con las fuerzas de seguridad durante los días y semanas que siguieron a los comicios.

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