Las autoridades uruguayas incautaron este jueves un contenedor con cocaína en el puerto de Montevideo. Según se supo, la droga se encontraba escondida en bolsos que estaban adentro de un contenedor de soja.
“Es mucha cantidad, nunca vi tanta”, afirmó el fiscal Enrique Rodríguez cuando abandonaba la terminal de la capital uruguaya cerca de las 20:00. La cocaína fue hallada por funcionarios de Aduanas y de la División Inteligencia (Divin) de la Prefectura.
Con el correr de las horas, la Fiscalía Especializada en Delitos Económicos recibió datos que hacen suponer que la soja mezclada con la cocaína es uruguaya y que la droga tenía como destino un puerto africano. Según investigaciones realizadas, la cocaína se triangula por África para llegar a Europa y ésta no es la primera vez que sucede algo así.
Hace unos meses, la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) activó las alarmas y pidió intensificar “los esfuerzos para erradicar el tráfico de drogas y la delincuencia organizada en África occidental, base central para el tráfico de cocaína desde América Latina hacia Europa”.
Según consigna el periódico El País de Uruguay, un informe de la Comunidad de Policías de América (Ameripol) reveló que por la ruta africana pasa un 30% del total de la cocaína que tiene como destino final a Europa. Así, África se transformó durante los últimos cinco años en un punto clave en el mapa del narcotráfico.
Los contenedores incautados este jueves estaban sobre camiones en el puerto de Montevideo. El escáner de la aduana detectó que aparentemente todos tienen cocaína, indicó Rodríguez.
“Son tres o cuatro contenedores. Todavía no se terminó de revisar el primer contenedor”, explicó. Además, dijo que el trabajo llevará mucho tiempo porque aún hay que sacar la soja y limpiar dentro de cada contenedor. La droga será pesada este viernes.
La sombra del narcotráfico crece en Uruguay
Un informe de la agencia AP en septiembre pasado indicó que el gobierno y las empresas uruguayas están trabajando juntos y con premura para salvar la reputación de sus exportaciones, manchadas por la sombra del narcotráfico, una tarea que pone en juego la economía de un país de 3,4 millones de habitantes, con gran dependencia en las exportaciones.
Dos escándalos consecutivos encendieron las luces rojas. Y este es el tercero. El 25 de julio se conoció que en mayo un avión que había despegado de Uruguay aterrizó en Francia con 600 kilos de cocaína. Una semana después, se anunció que 4.500 kilos de esa droga habían sido confiscados en Hamburgo dentro de un contenedor despachado en Montevideo. El director de Aduanas renunció al día siguiente en medio del escándalo. Poco después, la cadena alemana Deutsche Welle llamó a Uruguay “nueva bisagra del narcotráfico global” e hizo sonar todas alarmas.
Desde entonces se suceden las reuniones entre autoridades, despachantes de Aduana y exportadores buscando dónde está el error y cómo solucionar el problema, en medio de un gran hermetismo.
“Lo sucedido fue una conmoción y estamos trabajando muy fuerte para mejorar rápidamente los aspectos que debemos mejorar. Ahora es momento de trabajar y no hacer muchas declaraciones”, dijo en su momento a AP el viceministro de Economía, Pablo Ferrari.
Todos asumen que el país, en el afán de agilizar su comercio y bajar los costos, descuidó controles y el narcotráfico lo comprendió.
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