El presidente argentino, Alberto Fernández, se refirió este domingo al accionar de las fuerzas de seguridad chilenas durante los meses de convulsión social que atraviesa el país andino.
En una entrevista con un medio de televisión local, expresó: “Yo me acordaba días atrás, cuando recibí a las organizaciones de derechos humanos venezolanas, en 2013, cuando (Nicolás) Maduro, después de una manifestación apresó 800 personas. (Sebastián) Piñera metió presas a 2.500 personas y nadie dijo nada”.
Y agregó: “Yo quiero aclararle que tengo el mejor trato con Piñera y si puedo ayudar en algo, los voy a ayudar en lo que esté a mi alcance. Pero seamos justos, digamos todo”.
Consultado acerca de si había tenido la posibilidad de leer la actualización del informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela -donde, entre otras conclusiones, afirmó que ha seguido documentando presuntas ejecuciones extrajudiciales del FAES- Fernández dijo que no, pero indicó que es algo que a su gobierno “le preocupa”. “Nos preocupa todo avasallamiento al estado de derecho. También nos preocupa lo que está pasando en Bolivia y en Chile. De todo eso se habla menos”, indicó.
No obstante, al referirse específicamente a la situación en Venezuela, dijo: “Si Maduro ha avanzado sobre los derechos individuales de los venezolanos, me va a tener a mí reclamando por esos derechos individuales”.
La asunción de Fernández a la presidencia representó un giro en la política exterior argentina con respecto a la de su predecesor, Mauricio Macri. Entre los hechos ilustrativos pueden destacarse dos: la invitación a su toma de posesión al ministro de Comunicaciones venezolano y uno de los hombres más cercanos a Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez; y la decisión de acoger en el país al ex presidente boliviano, Evo Morales, en calidad de refugiado político.
Poco después de su arribo, Morales se reunió con Fernández en la residencial presidencial argentina, conocida como Quinta de Olivos. Allí, el dirigente le agradeció a su anfitrión por haberle permitido quedarse en Buenos Aires. También hablaron sobre la situación boliviana, donde próximamente se realizarán nuevos comicios, y sobre la familia del líder del MAS: sus hijos también se encuentran en el país.
Luego de que la fiscalía de La Paz dictara en la semana una orden de aprehensión contra Morales -dos fiscales lo acusaron de sedición, terrorismo y financiamiento al terrorismo- Fernández anticipó que no la aceptará y “no entregará por ningún motivo” al ex presidente.
Según reveló a Infobae un alto funcionario de la Casa Rosada, el Presidente se comunicó con Morales poco después de que la orden tomara estado público para darle su pleno apoyo, asegurarle que el Estado argentino protegerá su integridad física e impedirá que se lo entregue a las autoridades judiciales de Bolivia y a la presidente interina de ese país, Jeanine Áñez.
A lo largo de la entrevista, Fernández se expresó en profundidad respecto de la coyuntura económica y política que atraviesa el país. Su relación con la vicepresidente y ex jefa de Estado, Cristina Kirchner y la renegociación de la deuda soberana estuvieron entre los temas más destacados.
Respecto de Cristina Kirchner, expresó: “Somos amigos y éramos amigos desde hace muchos años. Nos peleamos 10 años, como muchos en Argentina. Pongo ese ejemplo para ponerle fin a la grieta. Ella cambió. Si no hubiera cambiado, yo no sería Presidente”.
En tanto, para abordar el tema de la renegociación de la deuda se refirió a la sanción de la Ley de Emergencia Económica, que incluye los principales lineamientos de sus políticas en este área en el futuro inmediato.
“Lanzamos esta ley y resulta que los mercados reaccionan bien. Vieron racionalidad. Los mercados ven que hay un programa de crecimiento para pagar la deuda. Además, hemos dicho hasta el cansancio, y lo voy a cumplir, que no van a pagar la deuda los sectores más desposeídos”, indicó al respecto.
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