El enorme avión de carga sencillamente desapareció de los radares y de la radio en la noche del lunes, mientras cruzaba el peligroso Pasaje de Drake llevando un contingente de 38 militares y civiles a una base chilena en la Antártida. No hubo señal de emergencia ni rastros para seguir, salvo la última posición reportada por la aeronave a mitad de camino entre el extremo sur de América y el continente blanco. Tampoco estaba claro si la aeronave llevaba un caja negra a bordo, ya que no todas las unidades militares lo hacen.
Cada vez más buques, aviones y satélites se están sumando a la intensa búsqueda encarada por Chile y con asistencia de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Israel, Perú, Reino Unido y Uruguay. El tiempo, sin embargo, corre y las condiciones climáticas están empeorando en un tramo marino que es famoso por sus vientos, sus altas olas y sus temperaturas gélidas.
La aeronave militar de carga había despegado de la ciudad de Punta Arenas, en el continente americano, y se dirigía a la Base Antártica Presidente Eduardo Frei con 38 personas a bordo, incluyendo 17 tripulantes y 21 pasajeros, entre los que había tres civiles, en una misión de logística y mantenimiento, de acuerdo a las autoridades chilenas.
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Nada se sabe aún sobre las causas de la presunta caída en el mar del Lockheed Martin C-130 “Hércules” de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), tras cumplirse su autonomía hace ya casi 24 horas. Pero expertos aeronáuticos y militares consultados por el periódico chileno El Mercurio están tejiendo las primeras hipótesis.
La que más resuena es la de un posible “apagón total” del sistema eléctrico del avión, lo que habría dejado a la tripulación sin apoyo instrumental y sin capacidad de enviar una señal de emergencia. Esto explicaría que el avión haya desaparecido sin dejar rastro, ya que de haber encontrado una falla técnica o enfrentado un catastrófico temporal los pilotos habrían podido reportarlo.
Una segunda teoría citada por los expertos apunta a una posible falla en la propulsión, aunque menos probable ya que el C-130 puede volar con tres de sus cuatro motores turbohélice. Además, aplica la explicación anterior: esto habría sido reportado y la tripulación habría emitido una señala de emergencia.
También, se habla de un posible colapso estructural de las alas del avión, como ocurrió en California y en 2002 a un C-130 adaptado para luchar contra incendios forestales, que se desintegró en vuelo, matando a sus tres tripulantes.
El ingeniero industrial y analista en Defensa chileno Eduardo Santos, citado por el portal Publimetro, menciona esta posible explicación ya que el “Hércules” desaparecido el lunes, originalmente una versión cisterna KC-130R con matrícula 990, era una aeronave muy vieja, entrada en servicio en 1978 y comprada por Chile en 2012 tras un largo servicio en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos. Especialmente dado que el fabricante Lockheed Martin emitió hace tiempo una alerta sobre posible fatiga de material en los pernos y tuercas que sujetan a las alas, en aeronaves más longevas.
“Ambas [alas] van unidas al fuselaje con 15 pernos y en ese momento el fabricante alertó que si había más de 6 pernos agrietados, que no se ven a simple vista, ese avión corría serio riesgo de perder un ala en vuelo”, consideró Santos, en entrevista con Gabriel Arce para Publimetro.
“El avión no tiene por qué ser malo si es antiguo, pero necesitan estrictas pautas de mantenimiento. Si no se respetan, pueden pasar cosas graves. Para mí fue una falla estructural. Perdió sustento y cayó como una piedra”, agregó
La hipótesis de este daño estructural catastrófico también explica la ausencia de un llamado de emergencia: la tripulación no habría tenido tiempo de actuar.
Otro caso similar ocurrió en 2017, cuando la hélice de un KC-130 del Cuerpo de Marines de Estados Unidos se separó del motor en vuelo y destrozó gran parte del fuselaje. El avión cayó a tierra matando a sus 16 tripulantes.
Pero antes de que la investigación lograra determinar lo ocurrido, atribuido a trabajos deficientes de mantenimiento, el “Hércules” había también desaparecido sin emitir señales y sólo se supo de su final cuando testigos reportaron haberlo visto en caída libre.
Comienzan las conspiraciones y las fake news
Las misteriosas circunstancias en la desaparición del “Hércules” chileno recuerdan también al caso el vuelo MH370 de Malaysia Airlines, que se desvaneció, en marzo de 2014, sin dejar rastro y justo cuando sobrevolaba el Mar de China Meridional. Como ocurrió el lunes, la tripulación del avión malayo, que transportaba a 239 personas, tampoco reportó ninguna emergencia y el contacto con la aeronave sencillamente se perdió de un momento para otro.
El Boeing 777 nunca fue hallado, a pesar de las operaciones de rescate, las más extensas y costosas de la historia, iniciadas en el Mar de China Meridional, lo que dio lugar a toda clase de hipótesis y teorías conspirativas sobre sus desaparición: desde una descompresión descontrolada hasta una toma de rehenes, pasando por el accionar suicida de un miembro de la tripulación o un pasajero. Pero nada está probado y es probable que la verdad nunca se sepa.
Pocos meses después Malaysia Airlines perdió otro vuelo, el MH17. En este caso el avión fue derribado por un misil antiaéreo lanzado por rebeldes pro rusos cuando cruzaba el espacio aéreo de Ucrania, en donde comenzaba en aquel momento una guerra civil y separatista que aún persiste. Aunque las circunstancias y responsabilidades están claras en este caso, el desastre, ocurrido a la misa aerolínea y en tan corto tiempo en relación al del vuelo MH370, alimentó también las teorías conspirativas.
Aunque la desaparición del C-130 chileno lleva apenas dos días, no ha quedado exenta de estas elucubraciones casi siempre alejadas de la realidad. De hecho, el martes la FACh debió salir a desmentir un falso comunicado atribuido a la misma fuerza y diseminado en redes sociales, en el cual se argumentaba que el “Hércules” había sido derribado por cazas estadounidenses operando desde el portaaviones USS Abraham Lincoln, a pesar de que el buque se encuentra en el Golfo de Omán.
En el delirante comunicado, que copia el formato de las piezas que la FACh ha estado utilizando para sus actualizaciones sobre el incidente, se hace incluso una caracterización del presidente chileno Sebastián Piñera como un “representante de un ejército de ocupación de carácter extranjero y transnacional” y que por tanto “debe ser depuesto”.
“Se informa que este comunicado es FALSO y lamentamos que en estos momentos se esté mal utilizando información que puede afectar a los familiares y nuestros camaradas de la Fuerza Aérea de Chile involucrados”, señaló la institución militar en su cuenta de Twitter.
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