El empresario y ex presidente de la empresa brasilera, Marcelo Odebrecht, afirmó que el Lula Da Silva le pidió a la compañía que arme un proyecto de infraestructura en Cuba por “razones ideológicas”. En una entrevista con el periódico Folha do Sao Paulo publicada este lunes, el contratista declaró que el gobierno mostró un mayor esfuerzo para buscar financiamiento a la obra de expansión del Puerto de Mariel que con los proyectos realizados en otros países.
Hablando desde su casa, donde cumple su sentencia domiciliaria, Odebrecht contó cómo el gobierno de Lula le pidió que la empresa de construcción tuviera en cuenta el apoyo nacional para llevar a cabo un proyecto de infraestructura en Brasil. Declaró que en 20 años de actividad solo vio “una iniciativa del gobierno brasileño que, a pesar de la lógica económica detrás de ella, tenía una motivación ideológica y geopolítica, que era Cuba”.
El empresario fue el presidente entre 2008 y 2015 de la empresa de construcción fundada por su familia. En diciembre de 2016 fue sentenciado a 19 años y cuatro meses de prisión después de la investigación de la operación Lava Jato que involucró su nombre en un esquema de soborno. Como parte de un acuerdo de colaboración, desde diciembre de 2017, cumple prisión domiciliaria.
Desde allí, testificó que el Partido de los Trabajadores (PT) se mostró particularmente interesado en buscar financiamiento para cualquier proyecto que construyera “algo” en la país caribeño. “En todos los países, fuimos por nuestra propia iniciativa, ganamos el proyecto y buscamos una exportación de bienes y servicios. En Cuba hubo un interés de Brasil para ayudar a desarrollar algunos proyectos. Entonces Lula personalmente le pidió a Odebrecht que hiciera un proyecto en Cuba ”, agregó el ejecutivo.
Odebrecht explicó que la idea de financiar un proyecto de infraestructura originalmente la tuvo el ex presidente cuando estuvo de visita en Cuba y observó una ruta estaba muy deteriorada. “Atravesó un camino deteriorado y dijo que podía ayudar. Era hacer una ruta exportando servicios de Brasil, generando empleos, ingresos y ayudando a Cuba a desarrollar el proyecto". Odebrecht, la enorme compañía de construcción del país, era una obvia opción para llevar a cabo el desarrollo y exportación del proyecto. Pero los cubanos no querían ayuda para construir una carretera.
“Un huracán había pasado y destruido Cuba. El gobierno cubano no quería una ruta, quería casas. Pero evaluamos las oportunidades e identificamos lo mejor para Brasil, económicamente y desde el punto de vista de exportar bienes y servicios, era hacer un puerto en Cuba“, contó en la entrevista el empresario. Sabiendo que la economía del país comunista no podría cubrir los caros costos de financiamiento del puerto, el empresario explicó que el gobierno le adelantó que facilitaría todo el proceso. ”El único país en el que nos dimos cuenta de que había una mayor buena voluntad, un acto, un mayor esfuerzo del gobierno para ayudar a aprobar el crédito Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) fue sobre el tema de Cuba".
Fue así que nació el proyecto de expansión de Puerto de Mariel. Se trató de la obra “más importante” realizada en Cuba en los últimos años, la mayor de infraestructura portuaria desde 1959 y fue considerada la “base para alcanzar el despegue económico que necesitamos”, según Raúl Castro. Se inauguró en enero de 2014 y habría costado, según las cifras de Odebrecht, 957 millones de dólares, un valor financiado en gran parte por el estado brasileño.
A pesar de ver la clara motivación ideológica e interferencia directa del presidente, Odebrecht dijo que, en general, no había pautas del gobierno brasileño para ejecutar proyectos y que el proyecto del Puerto de Mariel tenía sentido económico: “En mi opinión, considerando ese momento, no fue una apuesta equivocada.”
Sin embargo, el contratista dijo que sí tenía sus reservas sobre el proyecto, ya que la empresa contaba con muchos inversores estadounidenses que se podrían oponer al proyecto. “Al principio, yo personalmente temía este financiamiento. Lo encontré complicado. Hubo una gran reacción de nuestros clientes en Florida, que era nuestra mayor operación estadounidense, tenía más de 20 años. Incluso intentamos salir al principio, pero fue complicado. ¿Cómo usaríamos el argumento de que una empresa brasileña no puede cumplir con la geopolítica brasileña porque opera en los Estados Unidos? De hecho, Cuba no fue una opción fácil para nosotros, pero terminamos yendo".
Comentando más generalmente sobre el ex mandatario brasilero, Odebrecht dijo que Lula “vendió bien” y que más allá de sus convicciones políticas, el esfuerzo de Lula ayudó a la compañía a conseguir licitaciones en otros países. Explicó que, tal como lo hizo con Fernando Enrique Cardoso y Dilma Russeff, trató de hacer lobby con Lula para poder conseguir mejor presencia en los países que éste visitaba.
Por último, el ex presidente de Odebrecht dijo que no existía “ninguna caja negra” dentro del BNDES con respecto a la empresa constructora. Esto es una referencia a una frase comúnmente utilizada por el presidente actual, Jair Bolsonaro, quién acusa al gobierno del PT de haber usado los fondos del banco -donde supuestamente existe una caja negra con información- para financiar la supuesta corrupción estatal.
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