El guerrillero argentino Facundo Molares Schoenfeld, quien participó de las protestas en Bolivia y fue detenido tras ser identificado mientras estaba en coma, declaró por primera vez ante la justicia de ese país y admitió que estuvo en un enfrentamiento en el que murieron dos personas.
El antiguo miembro de las FARC, donde era conocido como “alias Camilo”, confirmó la versión que entregó la policía semanas atrás: resultó herido en un enfrentamiento en la localidad de Montero, en el que murieron dos miembros de los grupos cívicos. Llegó a un hospital el lunes 11 y, por la naturaleza de su estado, se activó el protocolo de seguridad. “Yo estuve en el puente, lo del puente fueron tres días de lucha en diferentes formas. Yo participé ese día y muy activamente porque en primer lugar quiero solidarizarme con las víctimas. No digo para quedar bien delante del pueblo, ni nada; porque yo también me considero víctima, porque en el estado que estoy no puedo considerarme de otra manera. No me siento victimario, porque también soy víctima”.
Molares habló en silla de ruedas y con prendas de hospital ante los fiscales del caso y el juez Róger Salvatierra, quien días atrás dispuso su permanencia en el hospital para que continúe su recuperación. Cuando reciba el alta será trasladado a la cárcel de Palmasola, en la región oriental de Santa Cruz, por los supuestos delitos de “homicidio, asociación delictuosa e instigación pública a delinquir”.
Molares, además, aseguró que siempre tuvo un rol de corte ideológico, mas no un papel militar.
“Yo siempre fui ideólogo y siempre fui forjador político. Nunca fue mi tarea la formación militar, siempre fue mi trabajo en el orden del trabajo político, en Argentina también y todo lugar donde yo me vinculo en cualquier actividad política. Yo siempre lo hago como formador político. Sobre mi experiencia en la guerra, no ha sido mi mayor voluntad ser instructor militar, siempre mi preocupación ha sido la instrucción política porque yo defendía siempre la fortaleza de las ideas”.
Además, aseguró que no tiene procesos abiertos ante la justicia colombiana por su colaboración las FARC, y llegó a atribuirse parte de los diálogos de paz entre la guerrilla y el gobierno de Juan Manuel Santos. “Hasta donde yo conozco no tengo ningún delito ante la justicia de Colombia. Ojo, porque yo hice un pacto de un proceso de paz que resolvió un problema de guerra de más de 50 años. No fui iniciador de la guerra. Eso también que se tome en cuenta, y mis mayores respetos para todos los presentes y los familiares”, sostuvo.
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