El presidente chileno, Sebastián Piñera, alcanzó un mínimo histórico de popularidad, en el marco de las protestas que ya llevan 46 días de reclamos en la capital y otros puntos del país.
La aprobación del mandatario cayó a 10%, según indicó este lunes la consultora Cadem, una cifra que profundiza la caída mostrada en las últimas semanas, cuando ya había perforado la peor performance en los sondeos de Michelle Bachelet, quien en 2016 registró 18 puntos. También es récord la desaprobación de Piñera, que trepó hasta 82 por ciento.
“El 10% (de aprobación) está asociado a una pérdida de capital político directo de gente que votó por Piñera”, explicó el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson, citado por el periódico La Tercera.
En otros aspectos consultados por la encuesta, el 67% se mostró a favor de que continúen las protestas y un 56% rechazó la posibilidad de que se declare un nuevo estado de Emergencia. No obstante, el 59% se dijo a favor de que las Fuerzas Armadas resguarden la “infraestructura crítica” del país, como pide un proyecto de ley presentado por el gobierno.
“Cumpleaños infeliz”
Un nutrido grupo de manifestantes se apostaron el domingo cerca de la casa de Piñera, en un barrio acomodado de Santiago, para desearle un “cumpleaños infeliz” -el día en que celebraba sus 70 años-, frente a un amplio operativo de seguridad que impidió el acercamiento a la residencia.
Desde la distancia, lanzaron proclamas en contra del Ejecutivo y del presidente, a quien pidieron su renuncia, una reivindicación recurrente durante las protestas y manifestaciones, que este domingo pretendían entregarle en forma de regalo de cumpleaños.
“Hay que molestarlo porque no renuncia y debería hacernos caso”, dijo a la AFP Mariana Guerrero, estudiante de 21 años que se sumó a la protesta que terminó con incidentes entre una familia del sector y manifestantes que obligaron a la intervención de la policía que utilizó gases y agua para despejar la zona.
Seis semanas de protestas contra la desigualdad social en Chile dejan 23 muertos -cinco a manos de fuerzas del Estado- y miles de heridos, casi 300 con lesiones oculares.
Las fuerzas de seguridad son investigadas por más de 2.000 casos de violaciones a los derechos humanos, informó la Fiscalía.
El presidente anunció una agenda social con un leve aumento de salario mínimo, entre otros puntos, y luego se sumó a un histórico pacto para redactar una nueva Constitución en reemplazo de la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El 85% de los chilenos está de acuerdo con la formulación de una nueva Constitución, según una encuesta difundida por Cadem. Sin embargo, esos gestos quedan opacados por la violencia.
(Con información de AFP)
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