Por dificultades financieras, la construcción de la Trump Tower en la ciudad uruguaya de Punta del Este —un ambicioso proyecto que comenzó en 2013— quedó suspendida por tiempo indeterminado y sus obreros, que fueron enviados en octubre por dos meses al “seguro de paro” (la prestación por desempleo que se cobra en Uruguay), fueron notificados que no volverán a sus tareas.
Los inversores habían prometido en octubre que se retomaría a partir del 1 de diciembre a los trabajadores que habían sido enviados a seguro de paro, pero este lunes la empresa informó que no continuará con la obra hasta nuevo aviso. La medida afecta directamente a unos 30 obreros que, según el diario El Observador, mantienen este martes reuniones de forma bipartita con la empresa argentina a cargo del emprendimiento, YY Development Group.
Además, la radio FM Gente de Maldonado reveló que desde el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) no se descartan movilizaciones y también pueden iniciarse reclamos judiciales.
Tras seis años, a la torre aún le falta el 40% de las obras y los plazos para la entrega no tienen fecha definida. Como sucede con otros desarrollos internacionales, la torre de departamentos de lujo no es construida directamente por la Organización Trump, la empresa de la familia del presidente de los Estados Unidos. En realidad, solo otorga una licencia que permite el uso de su marca a cambio de una comisión de la venta de cada unidad.
El pasado viernes 4 de octubre, los inversores, a través de la dirección de obra de la torre, le comunicaron al delegado sindical Richard Sampallo el envío al “seguro de paro” del 100% de los trabajadores. El motivo, según indicó una nota del diario uruguayo El País, fue financiero, ya que los inversores están buscando una inyección de capital y esperaban retomar las obras el 1 de diciembre.
El proyecto de Trump Tower en Punta del Este —uno de los más ambiciosos de la ciudad— incluía 25 pisos y 160 departamentos frente al mar, cancha techada de tenis, varias piscinas y helipuerto, entre otros amenities de lujo. Pero por las demoras, algunos inversores que compraron unidades en la torre están intentando desprenderse de esas propiedades, lo que provoca que sus precios bajen.
La torre de forma cilíndrica está estratégicamente ubicada sobre la parada 9 ½ de La Brava. Su construcción, según informaron en su momento fuentes de la empresa inversora, demanda una inversión de más de USD 150 millones. Cada departamento tienen entre 113 y 300 metros cuadrados, con un valor promedio que ronda los USD 6.000 por metro cuadrado. También hay unidades tipo penthouse, de más de 800 metros cuadrados.
El proyecto es desarrollado por los empresarios argentinos Felipe Nicolás Yaryura Tobías y Moisés Yellati, titulares de YY Development. En el lanzamiento del proyecto, se ofreció a los compradores un sistema de financiación que les permitía pagar la mitad del valor de la unidad antes de tomar posesión y el resto financiado a 20 años a partir de la entrega, con una tasa del 6% anual.
Un informe del periódico The New York Times publicado en junio de este año había señalado la demora en la finalización de la construcción y destacó como probable que la Trump Tower se termine recién a finales de 2020, aproximadamente unos cuatro años después de lo programado. La construcción del inmueble se iba a pagar con dinero recaudado de la venta de los condominios, lo cual significaba que era fundamental para los desarrolladores encontrar compradores rápido. Sin embargo, los altos precios de las unidades desalentaron la demanda, lo que obligó a YY a dividir las dos unidades más grandes de cada piso en tres departamentos individuales más pequeños, lo que significó que decenas de departamentos no tuvieran vista al mar.
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