La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, designó este lunes al primer miembro del nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), conforme a la ley aprobada por consenso en el Congreso para poner fin a la crisis política que sufre el país desde las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
La mandataria ya ha tomado juramento a Salvador Romero Ballivián como vocal del TSE, en un acto que se ha celebrado en el Palacio de Gobierno ante miembros del Ejecutivo y del Legislativo.
“Tengo la enorme satisfacción de presentar al doctor Salvador Romero Ballivián, quien ha sido designado como vocal del Tribunal Supremo Electoral en representación del poder Ejecutivo”, señaló Áñez, según informa la agencia de noticias oficial ABI.
La mandataria en funciones destacó la dilatada experiencia de Romero Ballivián en el ámbito electoral, afirmando que será “un garante de la limpieza del proceso electoral venidero”. “Los bolivianos pedimos elecciones limpias, justas y transparentes y (...) mi Gobierno tomará las determinaciones necesarias para apoyar un proceso electoral integro”, agregó.
El nuevo vocal del TSE, por su parte, consideró que “se requiere reencontrar la misión auténtica del Tribunal Electoral como una institución independiente de los poderes y partidos, garante de procesos (...) que desembocan en resultados verídicos sobre los cuales se construyen gobiernos legítimos”.
Diputados y senadores tanto afines a Áñez como al ex presidente boliviano Evo Morales llegaron el fin de semana a un acuerdo para aprobar en el Congreso un proyecto de ley que establece la ‘hoja de ruta’ para celebrar nuevas elecciones.
De acuerdo con la ley, que fue promulgada el domingo por Áñez, debe nombrarse un nuevo TSE en un plazo máximo de hasta veinte días, tras los cuales el Tribunal Electoral debe llamar a las urnas en los dos días siguientes.
Además, la ley veta expresamente a Morales y al que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, como candidatos a la reelección, anula los comicios del 20 de octubre y ordena que Áñez abandone el poder en un plazo de 15 días.
Morales dimitió el pasado 10 de noviembre después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) confirmara “irregularidades” en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, cuyos resultados oficiales le concedían un cuarto mandato.
Días después llegó a México, donde se encuentra en calidad de asilado político. El ex jefe de Estado denuncia que ha sido víctima de un “golpe de Estado” y, en consecuencia, no reconoce a su sucesora interina, Áñez.
En este mes de protestas, más de 30 personas han muerto y más de 700 han resultado heridas. La gran conflictividad en El Alto ha impedido abastecer de combustible La Paz, lo cual ha generado carestía de productos básicos, incluidos alimentos.
Con información de Europa Press
MÁS SOBRE ESTE TEMA: