Estados Unidos condenó este jueves el “asedio del régimen” de Daniel Ortega a una iglesia en Masaya, donde opositores protestan desde hace ocho días, y dijo estar “listo para usar todos los medios económicos y diplomáticos” para apoyar la democracia en Nicaragua.
“El asedio del régimen de Ortega a un lugar de culto es inaceptable”, señaló el Departamento de Estado en un comunicado sobre la situación en la Iglesia San Miguel Arcángel en Masaya, acusando a las autoridades de negar acceso a agua y electricidad a los manifestantes.
La portavoz de la diplomacia estadounidense, Morgan Ortagus, criticó asimismo el arresto de más de una docena de personas que intentaban ayudar a los huelguistas de hambre, señalando que esto demuestra que la policía en Nicaragua no protege a los ciudadanos, sino que los reprime “respaldando el gobierno autoritario” de Ortega.
“Ya es hora de que el régimen de Ortega libere a los más de 130 presos políticos que sigue manteniendo”, indicó.
“Estados Unidos está listo para usar todos los medios económicos y diplomáticos a nuestra disposición para apoyar los llamados del pueblo nicaragüense a una restauración de la democracia”, agregó.
Once mujeres realizan desde el 14 de noviembre una huelga de hambre en la Iglesia San Miguel de Masaya, ubicada 30 km al sureste de la capital Managua, en demanda de la liberación de sus familiares detenidos.
Otro grupo de nueve personas que desde el lunes hacían una huelga de hambre en la Catedral de Managua por la misma razón suspendieron su ayuno tras un ataque atribuido a partidarios de Ortega.
La Arquidiócesis de Managua denunció que “grupos violentos afines al gobierno” ingresaron y tomaron el control de la Catedral, golpearon a dos religiosos y rompieron varios candados con la finalidad de expulsar a los opositores.
“Mi condena absoluta a la nueva agresión sufrida por otra parroquia en Masaya de parte de fuerzas de choque del régimen. Mi cercanía fraterna y mi oración por la querida comunidad parroquial de San Juan Bautista y su párroco, P. Harving Padilla”, señaló en su cuenta de Twitter el obispo auxiliar Silvio José Báez.
Las huelgas de hambre buscan presionar al régimen de Ortega para que libere a más de 130 personas que consideran detenidas por razones políticas, aunque las autoridades niegan que estén retenidos por motivos ideológicos.
Varios templos católicos en Nicaragua se han convertido en refugios para manifestantes, ante el aumento de la represión por parte del gobierno contra los disidentes y la prohibición de la policía de marchar en las calles o lugares públicos.
Nicaragua está sumida en una crisis política y social desde abril de 2018 por manifestaciones que piden la salida de Ortega, en el poder desde 2007, cuya represión ha dejado 328 muertos, cientos de encarcelados y 88.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ente autónomo de la Organización de los Estados Americanos.
Con información de AFP
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