España llamó a consultas este miércoles a su embajadora en Nicaragua “para analizar la situación de la relación bilateral” después de que el Gobierno nicaragüense impidiera “por tercera vez” la visita de un alto cargo español al país centroamericano.
Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó al embajador nicaragüense, Carlos Midence, para trasladarle el “malestar” del Gobierno español, añadió el comunicado.
El desencuentro diplomático tiene lugar unos días después de que el régimen de Daniel Ortega rechazara la visita que el secretario de Estado español de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, tenía previsto realizar a Managua para mantener contacto con autoridades y con distintos actores sociales y políticos en el marco de la actual crisis que vive Nicaragua.
La visita de De Laiglesia tenía como “objeto contribuir a la búsqueda de una solución a la crisis”, según informó este miércoles el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de un comunicado.
Para Exteriores, la decisión del Gobierno de Daniel Ortega de “rechazar, por tercera vez, una visita de alto nivel, dificulta la mutua interlocución”, entre dos países que habían “mantenido históricamente unas buenas relaciones”.
“La visita se planteó, en todo momento, con un enfoque constructivo y con la voluntad de contribuir a la búsqueda de una solución a la crisis”, subraya el comunicado español, que señala “un recrudecimiento de la represión por parte de las fuerzas policiales y parapoliciales contra familiares de manifestantes presos que reclaman su libertad”.
La llamada a consultas supone que la embajadora española, María del Mar Fernández-Palacios, deberá viajar urgentemente a Madrid para informar al ministro Josep Borrell de la situación en Nicaragua y recibir nuevas instrucciones.
El Gobierno español reiteró hoy su llamamiento a que cesen “los actos represivos” en Nicaragua, contra las familias de detenidos por motivos políticos, que desde hace unos días hacen una huelga de hambre para pedir la liberación de los presos.
También llamó a que “se restituyan y garanticen los derechos de manifestación, expresión y prensa de conformidad con la Constitución nicaragüense y se recupere la negociación política basada en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”.
Ante el aumento de las detenciones arbitrarias y el uso de la fuerza por parte de las autoridades, los párrocos y obispos de Nicaragua pusieron a disposición las Iglesias para que los manifestantes antigubernamentales se refugiaran.
Sin embargo, en los últimos días se denunció el asedio de las fuerzas policiales a las iglesias, como la catedral de Managua o la la parroquia de San Miguel Arcángel, en la ciudad de Masaya y donde se encuentran albergadas las madres de algunos detenidos y una líder opositora, fue sitiada por la policía.
(Con información de EFE)
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