Cuando se cumple un año de la muerte de un joven indígena mapuche por un disparo policial, se realizaron este jueves varios actos de conmemoración en Chile, en medio de una crisis social que continúa y obliga a redoblar esfuerzos políticos para encontrar una salida.
Camilo Catrillanca, de 24 años, murió en un operativo policial en el sur de Chile, a manos de un comando de fuerzas especiales de la Policía. Los efectivos ocultaron las grabaciones que evidenciaban que el joven fue abatido cuando, desarmado y sin mediar provocación, conducía un tractor junto a un menor de 15 años, que fue reducido y arrestado ilegalmente en el mismo acto.
En un primer momento la fuerza aseguró que la muerte de Catrillanca se produjo durante un enfrentamiento durante la persecución de los presuntos sospechosos del robo de tres vehículos particulares.
En medio de un estallido social que mantiene en vilo al país desde hace casi un mes, miles de manifestantes se reunieron en la Plaza Italia de Santiago, epicentro de las protestas, para conmemorar la muerte de Catrillanca.
Cuatro personas que se identificaron como familiares hicieron un rogativa mapuche, al tiempo que en el lugar se desplegaba una “guñelve” o estrella mapuche.
Al caer la tarde, en Santiago se repitieron incidentes aislados durante las protestas, al igual que en Valparaíso (centro), donde una marcha masiva terminó con enfrentamientos entre la Policía y manifestantes.
A unos 800 km al sur de Santiago, en la ciudad de Temuco, la capital de la región de la Araucanía donde se asientan la mayoría de las comunidades mapuches, la mayor etnia chilena, se registraron algunos enfrentamientos con la Policía. La familia Catrillanca conmemoró el trágico aniversario con un discreta ceremonia y un llamado a recordarlo pacíficamente.
“A la gente le decimos que puedan manifestarse con una tranquilidad, para que el espíritu de mi hijo pueda descansar en paz y que también las fuerzas policiales no se excedan”, dijo su padre, Marcelo Catrillanca, a radio Cooperativa.
En Concepción (sur), decenas de manifestantes derribaron una estatua de Pedro de Valdivia, conquistador español, mientras que a la noche se registró un incendio en un local comercial.
Acuerdo constitucional
La conmemoración llega cuando las protestas sociales en Chile se encaminan a cumplir un mes, con un saldo de 22 muertos y jornadas de extrema violencia, saqueos e incendios, a lo que en este jueves se sumó un paro indefinido de recolectores de basura.
La acumulación de basura y el aumento de las consultas por traumas y lesiones provocados por las protestas llevó a las autoridades a decretar este jueves una “alerta sanitaria” en seis regiones del país.
En este escenario de máxima tensión, las fuerzas políticas apuran en el Congreso un acuerdo sobre una nueva Constitución que permita destrabar la crisis, la mayor desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La oposición logró un pacto sobre una propuesta de Asamblea Constituyente que fue rechazada por el Gobierno y los partidos que lo apoyan. Sin embargo, el gobierno aceptó cambiar la carta magna a través de una “Convención Constituyente”, que incluya a ciudadanos y parlamentarios.
Para que se apruebe un cambio constitucional se requiere un quorum de dos tercios de ambas cámaras, que en este caso no logran ni la izquierda ni los partidos de gobierno, lo que los fuerza a negociar.
“Cualquier salida a la crisis, pasa por respetar la institucionalidad. Nadie tiene los dos tercios, entonces estamos obligados a negociar con la derecha”, dijo este jueves el senador del Partido por la Democracia (PPD), Felipe Harboe.
“Es el momento de ceder. Quien cede por Chile no se humilla”, agregó.
Los partidos de gobierno propusieron una fórmula de “Convención Constituyente”, que incluye el 40% de parlamentarios, 40% de ciudadanos elegidos y un 20% de delegados designados.
“La propuesta es generar una comisión. Creemos que lo lógico es que en un Congreso que fue elegido democráticamente (...) y donde están todas las sensibilidades representadas, es que sea equivalente lo elegido por el Congreso y lo elegido por la ciudadanía”, afirmó la presidenta de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el mayor partido de gobierno, Jacqueline van Rysselberghe.
El peso, golpeado
El gobierno de Piñera propuso esta semana hacer el cambio constitucional dentro de la “institucionalidad democrática, pero con una clara y efectiva participación ciudadana, y con un plebiscito ratificatorio”.
Aprobada en 1980 en un cuestionado plebiscito, la Constitución fue considerada un traje a la medida para que el régimen de Pinochet y los sectores conservadores pudieran mantener su poder, incluso más allá del fin de la dictadura. Hoy es señalada como el origen de las desigualdades.
Masivas manifestaciones piden cambiarla en todo Chile, y por ello avanza una consulta pública a iniciativa de los alcaldes de más de 300 comunas del país, que van de derecha a izquierda.
La crisis volvió a golpear al peso chileno, que cotizó en un mínimo histórico a 802,63 unidades por dólar, mientras el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, estimó que el prolongado estallido podría provocar unos 300.000 nuevos desempleados.
(Con información de Reuters y AFP)