Cercado por las protestas, Evo Morales finalmente renunció. Es que las manifestaciones contra el presidente boliviano continuaron este domingo en las calles del país, a pesar de que esta mañana convocó a nuevas elecciones tras un informe de la OEA que reveló “irregularidades” en los comicios de octubre.
La decisión fue anunciada después de que el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le soliciten que dé un paso al costado para desactivar la crisis política y social.
“He decidido, escuchando a mis compañeros (...), a la iglesia católica, renunciar a mi cargo de la presidencia”, declaró. “La lucha no termina acá”, advirtió con la voz entrecortada por momentos, para insistir en su denuncia de un “golpe cívico, político y policial” instigado por “grupos oligárquicos que conspiran contra de democracia”.
Morales aseguró que estará en un futuro en el trópico de Cochabamba, la zona de Bolivia desde la que inició su carrera política, tras una serie de rumores sobre su salida del país."No tengo por qué escapar", declaró, porque “no he robado nada”, dijo.
Antes del anuncio, el presidente boliviano tomó un vuelo desde El Alto (La Paz) hacia Cochabamba, su bastión y cuna política, acompañado del vicepresidente Álvaro García Linera, quien también renunció a su cargo.
Morales explicó que su decisión fue tomada “para que (Carlos) Mesa y (Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a mis hermanos, dirigentes sindicales”, en referencia a ataques sufridos por funcionarios del oficialismo. Por ello, instó a los líderes opositores a reducir la violencia que azota a gran parte del territorio nacional.
La salida del poder de Morales se ha visto precipitada tras la publicación del informe preliminar del equipo de auditores de la OEA que ha examinado el proceso electoral del 20 de octubre tras un acuerdo con el Gobierno boliviano. El informe refleja irregularidades en todos los aspectos bajo investigación y por tanto la OEA solicitó la repetición de los comicios.
Los auditores denunciaron una “manipulación” del sistema informático empleado en la transmisión del recuento de votos de tal calibre que ha exigido una investigación de lo sucedido, y solicitado incluso la disolución de las actuales autoridades electorales del país.
En términos generales y por las deficiencias mencionadas, La publicación del demoledor informe ha impulsado a Morales a anunciar la anulación de las elecciones y la convocatoria de una nueva cita electoral ya con un Tribunal Supremo Electoral (TSE) renovado, como demandaba la oposición. Sin embargo, pese a esta victoria, de inmediato las voces más radicales de la oposición demandaron además la renuncia de Morales.en los comicios que estableció el mencionado sistema.
“En virtud de la gravedad de las denuncias y análisis respecto al proceso electoral que me ha trasladado el equipo de auditores nos cabe manifestar que la primera ronda de las elecciones celebrada el 20 de octubre pasado debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente”, según ha manifestado Almagro a través de un comunicado.
La publicación del demoledor informe impulsó a Morales a anunciar la anulación de las elecciones y la convocatoria de una nueva cita electoral ya con un Tribunal Supremo Electoral (TSE) renovado, como demandaba la oposición. Sin embargo, pese a esta victoria, de inmediato las voces más radicales de la oposición demandaron además la renuncia de Morales.
El mandatario boliviano de 60 años enfrentó este domingo una avalancha de renuncias de altos funcionarios, en algunos casos después de que les quemaran sus casas, y la presión decisiva de los militares y la policía, que pidieron su dimisión.
Ahora la incógnita es quién asumirá el poder. La presidenta del Senado boliviano, Adriana Salvatierra, ha presentado este domingo su renuncia, ahondando aún más la incertidumbre en el país sobre quién tomará las riendas tras la dimisión. La Constitución boliviana contempla que en caso de renuncia del presidente sea su ‘número dos’ quien le suceda en el cargo, pero García Linera también ha dimitido. En dicho caso, es el titular del Senado quien debería tomar las riendas, una vez la Asamblea Legislativa valide las renuncias de presidente y vicepresidente.
La vicepresidente del Senado, la opositora Jeanine Añez, reclama que constitucionalmente le corresponde a ella asumir la presidencia transitoria. “Primero tengo que convocar a la Asamblea para que se revise la renuncia de Evo Morales”, aseguró la senadora. Y recién luego de eso, explicó, el Congreso debería nombrarla como mandataria interina.
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