La toma del aeropuerto internacional de El Alto, así como otras movilizaciones de seguidores de Evo Morales contra los que bloquean desde hace 16 días las principales ciudades de Bolivia, con el saldo hasta ahora de tres personas fallecidas, han develado que existen grupos civiles de choque del gobernante boliviano para combatir a sus oponentes en las calles, que también se han organizado para responder, lo que ha colocado al país en un peligroso escenario de confrontación civil, favorecido por una actitud, casi siempre, de solo vigilancia o custodia de las calles y carreteras por la Policía.
Los enfrentamientos entre civiles han escalado desde el día siguiente en el que el propio Presidente se reunió el sábado 26 de octubre con el llamado Consejo Departamental del Cambio en Cochabamba, afín a Morales, que definió iniciar un “cerco”a las ciudades, donde los que exigen su renuncia y nuevas elecciones realizan un paro indefinido, una ocupación de las instituciones estatales y boqueos de las fronteras.
El propio Morales anunció ese mismo día que acompañaría el anunciado cerco de las organizaciones movilizadas a su favor,lo que le originó críticas, aunque más adelante dos congresistas oficialistas lo rectificaron al decir que el mandatario no dio ninguna orden y que más bien busca pacificar el país.
Choques y dos muertos en Montero
El primer estallido grave de violencia entre los seguidores de Morales y los que exigen la renuncia del Presidente y nuevas elecciones ocurrió el 30 de octubre en las cercanías de Montero, una población ubicada 50 kilómetros al norte de Santa Cruz de la Sierra, donde murieron por disparos de bala un mototaxista y un reconocido ex miembro de la llamada Unión Juvenil Cruceñista, que pertenece al Comité pro Santa Cruz, ahora presidido por Luis Fernando Camacho, el líder de la oposición ciudadana a Evo Morales.
Todo comenzó cuando un grupo de los movilizados para defender al presidente se enfrascaron en un enfrentamiento con los cívicos, dejando inicialmente el saldo de un herido de bala, perteneciente a los que se oponen al Gobierno.
En la misma noche la Unión Juvenil Cruceñista se desplazó a Montero y en un nuevo choque con los seguidores de Morales, cayeron muertos por armas de fuego Marcelo Terrazas y Mario Salvatierra, pertenecientes a los que exigen la renuncia del presidente boliviano.
Aunque el Gobierno buscó responsabilizar de las muertes a los cívicos, las investigaciones permitieron descubrir que fueron presuntamente provocadas por armas de fuego que portaban algunos miembros de las Juventudes del MAS, el partido de Morales.
Los antecedentes de los seis detenidos los vinculan al oficialismo. Uno de ellos es hijo del diputado Juan Cala, del partido de Evo Morales y que trabaja en la Alcaldía de Montero, en manos del oficialismo. ”A Alberto Urquiza, que dio positivo en el uso del guantelete, se le secuestró un celular, en el que hay registradas conversaciones donde pide armas a otras personas para enfrentar a los activistas del paro. Wilson Rodríguez se lo sindica de portar la escopeta con la que disparó a una persona de los cívicos, cuando los seguidores del MAS intentaron tomar un puente que conecta a Montero. Se ha detenido también a un dirigente de las Juventudes del MAS, con artefactos explosivos de fabricación casera. Se dice que uno había viajado antes a recibir una capacitación a Venezuela. Otro de los detenidos tenía arma blanca y explosivos y se le encontraron conversaciones que involucrarían a autoridades masistas”, relató el periodista Julio Quiroga, de un canal de televisión de Montero.
Por su parte, el periódico Página Siete publicó posteriormente la versión de que una diputada electa por el MAS también es sospechosa de haber incitado a la confrontación.
La toma de un aeropuerto
Otro grupo de seguidores de Evo Morales se movilizó el martes en la noche para cerrar las vías y retener en el aeropuerto de El Alto al presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, que intentó bajar a La Paz a entregar una carta a presidente Evo Morales, con el contenido de su renuncia.
Los que apoyan al mandatario se movilizaron por comunicados que recibieron en las redes sociales del aterrizaje y realizaron requisas de los vehículos, asi como un bloqueo en el que exigieron a las personas mostrar sus cédulas de identidad, evitando el paso de los nacidos en Santa Cruz, lugar de origen de Camacho.
“Eran personas organizadas, del MAS, no funcionarios públicos. Estaban armados con palos, cascos, escudos de madera, dispuestos a enfrentamientos. Eran de El Alto. Han podido bloquear un aeropuerto tranquilamente. Entraron con palos y la Policía, que no tenía más de 100 efectivos, fue rebasada”, contó el periodista Miguel Angel Melendres.
Otro viajero testigo relató así para Infobae la situación: “Habían dirigentes bien vestidos que los manejaban. Los que estaban fuera del aeropuerto eran de El Alto, no eran campesinos ni mineros. La que entró al aeropuerto era gente organizada, jóvenes con letreros. Al interior estaban con palos, afuera la mayor parte de la gente tenía palos y chicotes".
En una denuncia que no ha sido desmentida, el periódico Página Siete publicó que en estas movilizaciones participaron autoridades y ex funcionarios como Julia Velasco, exministra de Justicia y actual directora de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia, Abel Mamani, exministro de Medio Ambiente y Agua, y María Alanoca, candidata a diputada por el MAS,
En la mañana del miércoles, en el que seguía el bloqueo al aeropuerto de El Alto, se vio también a mineros y campesinos allegados al partido de Gobierno.
Dinamitazos, palos y chicotes
En plena crisis se ha visto al Presidente reunirse con los dirigentes del Consejo Nacional del Cambio (Conalcam), que es el ente aglutinador de las organizaciones sociales, como los llamados interculturales, las mujeres campesinas ,cocaleros, mineros, entre otros.
También se ha encontrado con la Central Obrera Boliviana, la Universidad de El Alto y otros representantes de sus sectores afines, que han prometido defender a su Gobierno en las calles.
Inicialmente la convocatoria apunta a movilizaciones pacíficas, pero se ha visto entrar a las calles de La Paz a mineros que han usado dinamitas para amedrentar a los que se oponen a Morales. También hay choferes que han buscado desbloquear por la fuerza en La Paz.
Otros seguidores de Morales han marchado con palos y chicotes, como se vio en Cochabamba el miércoles, cuando ocurrió la tercera muerte, Limbert Guzmán Vásquez, de 20 años, movilizado para exigir la renuncia de Morales.
El Gobierno ha denunciado que la violencia proviene de los movilizados por Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho. Ha acusado de racismo a quienes atacan a los seguidores de Morales, sobre todo apoyándose en imágenes del vejamen que sufrió una alcaldesa del MAS en la población de Vinto. El Vicepresidente también ha señalado a motoqueros de Cochabamba de golpear y usar bates contra los que se moviizan a favor del presidente.
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