Policías bolivianos se amotinaron este viernes en cuarteles de las ciudades de Cochabamba, Sucre, Tarija y Santa Cruz en protesta contra el Gobierno del presidente Evo Morales.
El Comando Departamental de Santa Cruz tardó una hora en sumarse al motín policial nacional, que primero se inició a las 18:00 en la Unidad Táctica de Operaciones Especiales (UTOP) de Cochabamba. Cuando ya se habían concentrado unas 3.000 personas en las afueras del edificio pidiendo que también se amotinen, los agentes se hicieron ver por las ventanas del cuartel a las 19:00 portando banderas.
En Sucre, un portavoz policial sin identificar comunicó la noche del viernes que unidades en la región también se sumaban al motín que horas antes se había iniciado en Cochabamba. Una multitud gritaba “policía amigo, el pueblo está contigo”, en el exterior del cuartel donde los policías de amotinaban en Sucre.
Una sargento de la Policía Boliviana, Cecilia Calani, declaró a los medios en esa ciudad que el motín tiene por objetivo defender la “ética como institución, a nosotros no pueden comprarnos, nuestra unidad no tiene precio”. La oficial instó a los “hermanos” de las Fuerzas Armadas a no reprimir estos motines, en una declaración en vivo en varias televisiones bolivianas, y pidió al presidente de Bolivia, Evo Morales, que dialogue con la oposición y movimientos cívicos.
En Cochabamba las imágenes de televisión mostraron a los uniformados en la azotea del cuartel, mientras desde el exterior son vitoreados por civiles, y medios bolivianos difunden informaciones que en otras regiones del país también puede haber más motines.
Los policías pertenecen a la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) en la comisaría de la avenida Heroínas de Cochabamba, en el centro de Bolivia, y se encuentran en la azotea cantando el himno nacional con banderas bolivianas.
Un delegado policial, con el rostro cubierto, salió al exterior en Cochabamba para declarar que su intención es “hacer notar a toda la opinión pública, no es esto un grupo, es toda la guarnición de Cochabamba, estamos en repudio de este Gobierno que no nos hace caso en catorce años”.
“No nos hace caso. Esto no es un pequeño grupo, es toda la guarnición policial, de momento eso les puedo informar. Muchas gracias”, dijo en una breve declaración.
Según los medios, los uniformados también reclaman la destitución del comandante de la Policía Boliviana en Cochabamba, Raúl Grandy, cuya actuación ante la crisis en el país ha sido criticada.
Por otra parte, El comandante general de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, aseguró este viernes que los policías no están amotinados sino acuartelados, aunque en algunas comisarías aparecieron carteles con palabras como “motín policial”.
Yuri Calderón afirmó a los medios en La Paz que en la ciudad de Cochabamba, donde surgió durante esta jornada la primera protesta policial, no existe motín sino un “malestar” de los uniformados.
Calderón dijo que el jefe policial en la región cochabambina fue relevado por motivos médicos y enviado un nuevo comandante.
“El resto del país está revistiendo normalidad”, añadió, para señalar que en Sucre, la capital de Bolivia, tampoco existe un motín sino un acuartelamiento.
La cancillería boliviana publicó una carta en la noche del viernes en la que denuncia un intento de golpe de estado y en el que hace responsable a “algunos dirigentes de los movimientos cívicos bajo el liderazgo de Luis Fernando Camacho y la alianza política Comunidad Ciudadana, a la cabeza de Carlos Mesa”.
“Los dirigentes cívicos y de oposición, día a día implementan acciones antidemocráticas que van en contra de la Constitución y las leyes”, dice la carta publicada el viernes en la cuenta de Twitter de la cancillería pero que, sin embargo, tiene fecha del 7 de noviembre.
Por su parte, el líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición boliviana, agradeció a los agentes.
“Lloré de emoción, ¡Grande nuestra Policía!”, tuiteó Camacho. “Gracias por estar con su pueblo, Dios los bendiga”
El motín se produce en medio de la crisis política y social que atraviesa Bolivia desde las recientes elecciones, que tuvo en Cochabamba unas de las protestas más violentas que se han registrado en el país desde hace más de dos semanas.
El presidente del país, Evo Morales, llama a sus seguidores a defender el triunfo que le dio el órgano electoral en los comicios del pasado 20 de octubre y califica de intento de golpe de Estado las denuncias de fraude desde la oposición y movimientos cívicos.
Los detractores del mandatario, que lleva casi catorce años en el poder, exigen la renuncia de Morales, la anulación de las elecciones y la convocatoria de una nueva cita con las urnas.
Al menos tres personas murieron en enfrentamientos entre afines y contrarios al presidente en los disturbios desde el día después de los comicios, en los que hubo 383 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
Con información de EFE y AFP
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