Para el político y diplomático nicaragüense, Mauricio Díaz, la Organización de Estados Americanos (OEA) se juega su viabilidad en la respuesta que dé en los próximos días a la crisis de Nicaragua, donde su sistema de normas y reglas parece “ineficiente” ante un régimen como el de Daniel Ortega, que instaló una dictadura y se niega a cumplir sus compromisos jurídicos internacionales.
El próximo lunes 11 de noviembre se vence el plazo de 75 días que dio en junio pasado la 49.a Asamblea General de la OEA a una Comisión Especial para “que realice gestiones diplomáticas al más alto nivel para procurar una solución pacífica y efectiva a la crisis política y social de Nicaragua”.
Veinte cancilleres de América votaron por la creación de la Comisión que al final quedó integrada por representantes de Argentina, Canadá, Estados Unidos, Jamaica y Paraguay. Sin embargo, el régimen de Daniel Ortega rechazó a la Comisión y negó a sus miembros la entrada a Nicaragua.
“La OEA está en un entrevero difícil, porque si fracasa en este país, si fracasa en Bolivia, probablemente tengamos que pensar en una profunda reforma al sistema interamericano porque aquí colapsaría la Carta Democrática, la Cláusula Democrática y los mecanismos jurídicos internacionales demostrarían su ineficiencia”, dice Díaz, quien ha sido embajador de Nicaragua en Costa Rica y embajador alterno ante la OEA.
Lo que se viene, dice Díaz, “es dramático para el destino de la OEA, porque parece que los objetivos para los que fue creada se estrellaron contra el modelo orteguista en Nicaragua. Ortega está demostrando que no existe nada que pare este mal ejemplo de Gobiernos que incumplen sus compromisos internacionales en temas tan sensibles como el de derechos humanos”.
El ex canciller Francisco Aguirre Sacasa también considera que “la OEA estará en una encrucijada”.
Aguirre Sacasa dice avizorar un “informe muy negativo” de parte de la Comisión Especial para el régimen de Ortega. “Si es negativo en el sentido que no ve progreso en la crisis, (la OEA) convocará a una reunión extraordinaria de cancilleres para aplicar el artículo 21, que es el de la suspensión de Nicaragua del sistema interamericano, corriéndose el riesgo de que no tengan los votos necesarios, a como yo estoy seguro que no los van a tener”.
Para la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática se necesitan al menos 24 votos a favor de parte de los 34 estados miembros. En la 49 Asamblea General se reunieron 20 votos a favor de las gestiones de la Comisión, pero los votos de Argentina y Uruguay podrían cambiar de signo en los próximos días.
Ante “un informe muy negativo” y la imposibilidad de reunir los votos suficientes, Aguirre Sacasa cree que la OEA obviará la convocatoria a la reunión extraordinaria de cancilleres, “para evitar un desaire” y optará por abordar el tema Nicaragua en el Consejo Permanente.
“Eventualmente podría salir una resolución más de la OEA y esa resolución le daría mala nota, reprobación (al gobierno de Ortega), dejando a cada país decidir qué tipo de sanciones o qué tipo de reacciones podrán tener ellos con Nicaragua”, dice. “Eso es lo que creo que vamos a ver”.
Esta solución la comparte Mauricio Díaz. “La OEA no tienen los votos suficientes para un escalamiento de las medidas de presión, que pasaría por la suspensión del Estado parte. Más bien la OEA sigue jugando a darle tiempo al régimen a sabiendas que este no razona”.
“La OEA va a pedirle a los estados miembros y a la comunidad internacional que tomen acciones bilaterales, que apliquen sanciones. A países como Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea que les ayuden a través de sanciones individuales como las que está anunciado la Unión Europea”, dice.
Daniel Ortega tampoco se ha quedado inmóvil. Extraoficialmente se supo que ha enviado una delegación gubernamental a cabildear en Nueva York “por el derecho de los países a la cooperación internacional para el desarrollo sin condiciones”.
“Llegan a pedirle al mundo democrático, occidental y desarrollado que no les corten la cooperación al desarrollo, pero no asumen ningún compromiso. Siguen con el discurso de golpe de Estado y con la victimización, donde la víctimas son ellos”, dice Mauricio Díaz.
“No hay cooperación sin condiciones”, señala. “El dinero que dio (Hugo) Chávez a Nicaragua, por ejemplo, venía condicionado al Socialismo del Siglo XXI. De ahí nació una nueva dictadura. Esa fue la herencia que nos dio Chávez a los nicaragüenses”.
Aguirre Sacasa considera que el equipo que ha enviado Ortega es de muy bajo nivel y no logrará cambiar la mala imagen que tiene su Gobierno.
Por otro lado, las convulsiones sociales que se viven en diferentes países de América Latina, han sacado de foco la crisis en Nicaragua. “Los famosos imponderables a los que apostaba Daniel Ortega se están dando. Quién iba a decir hace tres semanas la crisis que se está viviendo en Chile”, dice Aguirre Sacasa.
Hace notar que si después del informe de la Comisión Especial se decide convocar a los cancilleres, “para cuando se vaya a convocar ya estará (Alberto) Fernández y (Cristina Fernández de) Kirchner en la presidencia de Argentina , que es un país no solo importante en el contexto regional, sino un miembro del Grupo de los Cinco (Comisión Especial), y eso se va a reflejar en una posición menos amigable para la democracia y los derechos humanos que lo ha sido el gobierno de (Mauricio) Macri”.
Mauricio Díaz dice no ser optimista. “Vamos camino a la cubanización de Nicaragua”, señala. “Lo confirma la presencia de cientos y cientos de cubanos que se están asentado en este país”.
Afirma que “están encendiendo la pradera los bolivarianos, los chavistas, los maduristas, inspirados en la doctrina y directrices del Foro de San Pablo” y Nicaragua ha perdido atención. “La prioridad ahora es la crisis en Bolivia”, señala.
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