Luis Fernando Camacho, líder del Comité Pro Santa Cruz e impulsor de las protestas contra el gobierno de Evo Morales, viajó La Paz este miércoles por la tarde con un vuelo desde Santa Cruz para entregar una carta de pedido de renuncia al presidente del país.
Con el correr de las horas, la tensión había aumentado en los alrededores del aeropuerto internacional El Alto ya que seguidores del oficialismo y de la oposición se acercaron a la zona para repudiar o respaldar la llegada de Camacho e incluso hubo ataques por parte de afines al partido gobernante Movimiento Al Socialismo contra grupos no identificados.
Carlos Mesa, el candidato presidencial que quedó segundo en las recientes elecciones con denuncias de fraude, también se encontraba en el aeropuerto para recibir al dirigente opositor pero la policía le cortó el paso y no le permitió acercarse al momento de su llegada. Luego de este incidente, que denunció en redes sociales, se apartó de los agentes de seguridad para acompañar a Camacho en el recorrido hasta la Casa Grande del Pueblo para hacer que Evo Morales tenga su nota de renuncia lista para ser firmada.
El avión de Camacho, procedente de la ciudad oriental de Santa Cruz, aterrizó pasadas las 19:00 locales (23:00 GMT) en el aeropuerto de El Alto, desde donde el líder opositor debía dirigirse a la casa de gobierno en La Paz. El canal privado Unitel mostró imágenes de Camacho bajando de la escalerilla de un vuelo comercial.
Poco antes, en otro vuelo llegaron desde Santa Cruz a El Alto para acompañar a Camacho el ex presidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002) y Gustavo Pedraza, candidato a la vicepresidencia en los comicios del 20 de octubre en dupla con el ex presidente Carlos Mesa (2003-2005).
Después de un primer intento fallido el martes debido a las protestas de seguidores del mandatario, el ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Romero, dijo a los medios en La Paz que este miércoles Camacho contaría con “un dispositivo de seguridad, para evitar problemas”, en su traslado desde el aeropuerto de la vecina ciudad de El Alto.
El martes, Camacho tuvo que ser escoltado por la Policía hasta una avioneta militar para que regresara a Santa Cruz, después de que grupos de partidarios de Morales rebasaran un cordón policial que lo resguardaba en el aeropuerto, sin que pudiera siquiera salir a la terminal en su intento de llegar a La Paz.
Romero afirmó que al líder cívico se le facilitará el que pueda entregar la carta en la sede del Gobierno boliviano en La Paz y confió en que “no haya provocaciones” a su llegada a El Alto. “Puedo garantizar la seguridad”, reiteró, pero advirtió que no puede responsabilizarse “de otras acciones” que pueda realizar Camacho. “Si él luego desarrolla otras acciones, no es responsabilidad del Gobierno”, recalcó.
El ministro llamó a evitar cualquier provocación a "todos los actores" en la crisis que atraviesa el país, para que "no haya intolerancia ni confrontación" en las movilizaciones a favor y en contra del presidente.
El alto funcionario también se pronunció sobre los disturbios la noche del martes en La Paz entre partidarios y contrarios de Morales, en los que según la Defensoría del Pueblo de Bolivia hubo al menos diez heridos. Carlos Romero manifestó que la Policía logró contener a los violentos “pese a la agresividad”.
Romero hizo estas declaraciones tras una reunión ordinaria del Gobierno boliviano.
En la céntrica plaza paceña donde está la sede del Ejecutivo, un grupo de mujeres con indumentaria típica aimara advirtió a Camacho que lo vestirán de pollera, su falta tradicional, si aparece por el lugar, en el que simpatizantes del presidente realizan una vigilia en su apoyo.
El centro de La Paz registró la noche del martes choques entre partidarios y detractores del presidente, con cargas policiales para dispersar a ambos bandos, en las que la Policía empleó material antidisturbios como gases lacrimógenos y un vehículo con un cañón de agua a presión.
Las protestas se suceden desde hace más de dos semanas en Bolivia después de que oposición y movimientos cívicos denunciaran un fraude en el recuento de votos a favor del presidente en los comicios del 20 de octubre, al que el órgano electoral dio vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
La oposición y los comités cívicos del país no reconocen la victoria, exigen la renuncia de Morales y reclaman nuevas elecciones.
Con información de EFE
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