Decenas de miles de personas salieron a las calles de Chile este viernes, cuando se cumplen dos semanas del inicio de las protestas en el país, que ya han dejado al menos 20 muertos, para mostrar que el descontento con la desigualdad social sigue vivo.
La ciudadanía se volcó en Santiago de forma multitudinaria, además de en otras ciudades como Valparaíso, Concepción o Punta Arenas (sur).
En la capital, a pesar de que la mañana fue tranquila y sin grandes aglomeraciones, la gente comenzó a acumularse durante la tarde en la Plaza Italia, epicentro de las protestas.
Con el paso de las horas los cientos se convirtieron en miles y de ahí sumaron decenas de miles, quienes en un carácter festivo y reivindicativo clamaron por cambios que reduzcan la injusticia social.
La iniciativa se convocó por redes sociales con el lema con de “La marcha más grande de todas” y pretendía replicar la marcha del pasado viernes, cuando 1,2 millones de personas se agolparon en la céntrica plaza capitalina, y cientos de miles en el resto del país austral, en la que es considerada por muchos como la manifestación más grande de la historia de Chile.
En pleno puente festivo por el “Día de todos los santos”, la marcha de este viernes no llegó a ser tan masiva como aquella, pero sí muy multitudinaria, sobre las 19.30 hora local fuentes oficiales de la Intendencia la cifraban en 20.000 personas, lo que fue muy criticado por los ciudadanos, que consideran que habían muchas más personas.
Los manifestantes piden mejoras en el sistema de pensiones, en la salud y en la educación, así como una rebaja en los precios del transporte, la electricidad o los bienes de consumo.
Demandas que han concentrado las reivindicaciones durante estos 14 días y a las que se ha sumado la petición de la renuncia del presidente Sebastián Piñera, quien a pesar de anunciar una agenda social y destituir a ocho ministros sigue sin convencer a la ciudadanía.
Banderas de Chile, de la comunidad mapuche o carteles con quejas y peticiones de cambio fueron la tónica general entre cánticos y bailes de carácter festivo.
Sin embargo, un grupo reducido de los manifestantes se enfrentó contra las Fuerzas Especiales de Carabineros en una de las calles de acceso a la plaza y los uniformados intervinieron en la plaza entera.
La Policía entró a dispersar la multitud con los carros lanza-agua, conocidos popularmente como “guanacos”, y numerosas bombas lacrimógenas y balines de goma, una práctica habitual durante los días previos para disuadir a los manifestantes.
La mayoría de la gente se retiró de la plaza a las calles adyacentes para evitar que los gases les llegaran mientras algunos encapuchados comenzaron a lanzar piedras contra los vehículos policiales.
Tras unos minutos para que se disipara el gas y se retiraran los policías, los manifestantes volvieron a ubicarse en el centro de la plaza de nuevo.
Desde que el viernes 18 de octubre comenzara el estallido social, el Gobierno cifra las víctimas mortales en 20, aunque la Fiscalía Nacional tiene un balance de 23, seis de ellos ciudadanos extranjeros, y al menos cinco de los fallecimientos a manos de fuerzas del Estado, ya sean militares o policías.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) han registrado 4.271 detenidos en todo el país y 1.305 civiles heridos, 755 por disparos (perdigones, balines de goma, disparos de bala o arma no identificada), además de actos de tortura sexual durante detenciones, golpizas, vejaciones y arrestos ilegales.
El alza en el precio del pasaje del metro de Santiago desató una oleada de protestas en demanda de amplias reformas para reducir la desigualdad.
Con información de EFE
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