Daniel Martínez, 62 años, ingeniero industrial, de larga militancia socialista, ex presidente de ANCAP (la petrolera uruguaya), ex senador nacional y actual intendente de Montevideo es la carta del Frente Amplio en las elecciones de este domingo para intentar retener el gobierno uruguayo tras 15 años en el poder que incluyeron dos mandatos de Tabaré Vázquez, con un intermedio de José Mujica.
En una serie de preguntas que le envió Infobae y respondió por escrito, aseguró que la principal preocupación de los uruguayos y cuenta pendiente de los gobiernos del Frente Amplio es la seguridad y dijo que intentará crear una coalición parlamentaria para llevar adelante su plan si su fuerza no logra la mayoría suficiente en los comicios de este domingo. En el parlamento, una de sus prioridades será lograr una reforma del sistema de pensiones. En el plano internacional, aseguró que siente afinidad ideológica con Alberto Fernández y reconoció que en Venezuela "se ha consolidado un régimen de características dictatoriales”.
Infobae envió un cuestionario similar al candidato del Partido blanco, Luis Lacalle Pou, pero no fue respondido.
- ¿Por qué cree que la campaña electoral uruguaya fue tan dura, con fuertes intercambios entre los candidatos de los diferentes partidos?
-En lo personal mantengo un muy buen vínculo con todos los candidatos a la presidencia. De hecho, siempre tuve diálogo y vínculos respetuosos con todo el sistema político uruguayo. Es cierto que, en ocasiones, la pasión de la campaña electoral ha elevado la intensidad de nuestros intercambios. Pero estoy convencido de que los ríos volverán a su cauce una vez que termine este proceso electoral y que podremos volver a los diálogos fecundos por el bien de nuestro país.
-¿Cuáles fueron las principales fallas del Frente Amplio en los últimos años de gobierno y qué cambios debería encarar un próximo gobierno de su partido?
-El Frente Amplio hizo transformaciones estructurales que cambiaron al país: 15 años seguidos de crecimiento de la economía, 60% de crecimiento de los salarios por encima de la inflación, reducción de la pobreza de 40% a 9%, acceso a salud de calidad para todos los trabajadores y sus familias, entre muchas otras. Pero tenemos muchos asuntos aún en proceso. El más relevante tiene que ver con la seguridad, pero también tenemos que avanzar en la transformación de la educación, en el acceso a la vivienda y, fundamentalmente, en relanzar el empleo de calidad a partir de una transformación de nuestra matriz productiva que agregue valor y cuidado ambiental a nuestra generación de riqueza.
-¿Por qué cree que ha crecido la inseguridad y la violencia y cuales serían las soluciones más rápidas a implementar para combatirlas?
-La violencia instalada en la sociedad y la forma en que las bandas de narcotraficantes están captando a muchos jóvenes son una de mis principales preocupaciones. Para eso definimos una estrategia que transforma sustancialmente la política actual, incluyendo políticas de prevención y de represión focalizada. Contiene 12 iniciativas que van desde el incremento del uso de la tecnología y la inteligencia, hasta una transformación de la política carcelaria para disminuir fuertemente la reincidencia. Involucra también acciones coordinadas de las políticas públicas en 25 zonas particularmente conflictivas para aportar a los jóvenes y a sus familias opciones de vida alternativas al delito.
Hacia las elecciones del domingo
-Las encuestas anticipan números bastante parejos para la elección de este domingo y ningún partido tendría mayoría parlamentaria, al contrario de estos 15 años de gobierno del Frente Amplio ¿Si llega a la presidencia, ha pensado en un gobierno de coalición? ¿Con qué fuerzas políticas?
-En los años en que fui Intendente de Montevideo, donde vive el 45% de la población de Uruguay, precisé mayorías especiales en muchas votaciones, lo que exigía obtener el voto de al menos una parte de la oposición. En muchos casos llegué a conseguir la casi totalidad de los votos del legislativo de Montevideo. Soy un hombre de diálogo y me caracterizo por la construcción de consensos. Buscaré los caminos necesarios, ya sea a través de una coalición estable o de acuerdos puntuales, para lograr los acuerdos necesarios para gobernar.
- Cuáles cree que son su principales diferencias para la gestión con sus más cercanos competidores, el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle y el del Colorado, Ernesto Talvi?
-El Frente Amplio tiene un modelo de país bien diferente al que plantean el Partido Nacional y el Colorado, y fundamentalmente al de su necesario aliado Cabildo Abierto del General Manini. Estas diferencias también se manifiestan en el rol del Estado. Mientras que ellos plantean como principio básico la reducción del Estado, nosotros creemos en su rol como escudo de los débiles. Para nosotros el Estado no tiene que ser ni grande, ni chico, ni gordo, ni flaco, sino inteligente, con una gestión eficaz, eficiente, transparente y al servicio de la gente. Dicho esto, estoy convencido de que con los Partidos Nacional y Colorado tenemos coincidencias interesantes en aspectos puntuales en materia de seguridad, educación, medio ambiente o incluso en asuntos económicos.
-La situación fiscal de Uruguay muestra un alto déficit de entre 4% y 5% del PIB. ¿Cómo piensa reducirlo?
-Gracias al Frente Amplio, Uruguay recuperó el grado inversor y lo mantiene desde entonces. Hoy la economía uruguaya está bajo control, lo que se refleja en el muy bajo valor del índice de riesgo país. Esto no quita reconocer que tenemos un déficit fiscal abultado que debemos corregir. Esto lo haremos gracias al crecimiento de la economía que se proyecta para los próximos años y al mismo tiempo haciendo que la trayectoria del gasto crezca por debajo del crecimiento de la economía. Para esto último reestructuraremos el diseño y la gestión del presupuesto en base a proyectos, incrementando la transversalidad de las políticas públicas. También impulsaremos un gran diálogo político y social para reestructurar nuestro sistema de seguridad social, procurando mejorar su estabilidad financiera sin perder prestaciones.
- Las crisis en varios países latinoamericanos hace que Uruguay sea un centro de llegada de migrantes, en especial de Venezuela, Cuba y República Dominicana. ¿Qué medidas tomaría frente a este fenómeno, teniendo en cuenta el que desempleo en Uruguay también es un problema?
-Uruguay, como Argentina, es un país de inmigración. Estamos recibiendo una ola migratoria reciente, que posiblemente se mantenga en los próximos años. Serán todos bienvenidos y haremos los mayores esfuerzos para brindarles las mejores oportunidades para su pleno desarrollo humano. Confiamos en que la estrategia de transformación productiva que pondremos en práctica generará un número importante de puestos de trabajo de calidad, no sólo para nuestros compatriotas sino para estos ciudadanos latinoamericanos. En varios sectores ya estamos implementando fast-tracks para el otorgamiento de visas de trabajo porque ya existe desocupación negativa.
Cercanía con Alberto Fernández
- ¿Cómo observa el proceso electoral en Argentina?
-Como uruguayo sólo me corresponde aceptar lo que resuelvan los argentinos y hacer mis mejores esfuerzos para generar sinergias con el Presidente que elijan. Pese a las diferencias ideológicas, cuando era intendente de Montevideo construí un excelente vínculo con Horacio Rodríguez Larreta, lo que nos llevó a generar proyecto conjuntos de gran valor para ambas ciudades. Dicho esto, no oculto que las políticas que ha desarrollado el Presidente Macri, especialmente en materia económica, se encuentran muy próximas a las que proponen los partidos opositores en Uruguay y resultan bien diferentes de las nuestras. Tampoco oculto mi cercanía ideológica y también personal con Alberto Fernández. Lo conocí hace poco pero ya nos hemos visitado varias veces y puedo decir que, en poco tiempo, hemos generado un lazo muy estrecho. Ya hemos definido incluso una agenda de trabajo conjunta vinculada a asuntos ambientales en relación al río Uruguay y al Río de la Plata, a la complementación productiva y al fomento del empleo.
- ¿Considera que para Uruguay es indiferente el triunfo de Macri o Fernández o alguno de ellos lo beneficaría más?
-Mi compromiso será trabajar lo más estrechamente posible con el Presidente que elijan los argentinos. Pero es claro que si eligen a Alberto, nuestra cercanía ideológica y personal facilitará la construcción de acuerdos.
-¿Cómo evalúa lo que ocurre en Venezuela y cómo califica a Nicolás Maduro?
-Ya lo he expresado varias veces y no tengo problemas en señalar lo que se desprende del contundente informe realizado por la ex Presidenta Bachelet: en la Venezuela actual se violan derechos humanos y se ha consolidado un régimen de características dictatoriales. Dicho esto, me afilio fuertemente a la postura que viene sosteniendo actualmente nuestra cancillería, conjuntamente con algunos países de la región y de Europa: las acciones de la comunidad internacional en relación a Venezuela tienen que servir para aportar caminos de salida que generen el menor impacto sobre el pueblo venezolano, por lo que preferimos evitar caminos que apunten a repetir rótulos que generen mayores polarizaciones y enfrentamientos internos en Venezuela.
-En el caso de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro tiene una impronta personal muy polémica. ¿Cual es su opinión sobre él?
-La elección del presidente de Brasil es de exclusiva responsabilidad del pueblo brasileño. Mi camino, en caso de ser electo como Presidente uruguayo, será procurar los mejores entendimientos entre ambos gobiernos para la mejora de la calidad de vida de nuestros pueblos hermanos. Mi opinión personal sobre el Presidente Bolsonaro no tiene relevancia en relación al vínculo entre ambos gobiernos.
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