Decían que con Evo Morales y con los nuevos tiempos de la democracia moderna “estaban ya muertos” o que debían cambiar de rol para poder sobrevivir. Sin embargo, ahora son los que han comenzado a poner contra la pared al presidente de Bolivia, como lo hicieron en otros momentos con el propio Carlos Mesa, para arrancarle la elección directa de los prefectos de las nuevas regiones de Bolivia, o con ex mandatarios como Gonzalo Sánchez de Lozada.
La más antigua y poderosa de las instituciones cívicas es el Comité pro Santa Cruz, fundado hace casi 70 años en lo que era un pueblo entonces de menos de 50 mil habitantes. Nació con el impulso de ciudadanos notables y fue presidido por primera vez por Melchor Pinto, uno de los líderes de la región cruceña. Respondía a la idea de luchar contra el abandono en el que se encontraba Santa Cruz por el Gobierno central, a pesar de los recursos que aportaba al país.
Desde entonces su historia ha estado marcada por una constante lucha contra el llamado centralismo de los gobiernos. Es una especie de organización ciudadana que aglutina a decenas de instituciones de la sociedad, a las que representa ante los tres niveles de gobierno: el nacional, el departamental o el municipal.
Organizaciones como las de los empresarios, ganaderos, microempresarios, transportistas, gremialistas, cooperativas de servicios, sindicatos, fraternidades, colegios profesionales, universidad pública y hasta de periodistas eligen delegados para que los representen en esta institución. Cada dos años escogen por voto directo entre ellos al presidente y su directorio. Este año fue elegido el abogado Luis Fernando Camacho, que también es empresario.
Uno de los principales mandatos es que el Comité Cívico no sea perforado por los partidos ni esté expuesto a intereses políticos. En cambio, de la institución varios ex presidentes han saltado a la actividad política. Por ejemplo, el actual gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, y el alcalde de la capital cruceña, Percy Fernández, fueron antes líderes de la institución, a la que se conoce como “el gobierno moral de los cruceños”. Santa Cruz es una sociedad que tiende a hacer asociativa, sobre todo porque tuvo que hacer frente al abandono estatal, lo que fomentó la iniciativa privada y el cooperativismo, expresada en el movimiento cívico.
Para tomar sus decisiones más importantes como los paros o los cabildos, siempre convoca a la Asamblea de la Cruceñidad, que es un espacio deliberativo de los delegados o representantes de todas las instituciones que la integran.
Últimamente se ha abierto a las llamadas plataformas ciudadanas, que surgieron de las movilizaciones callejeras contra la habitación de Evo Morales para la reelección.
Cuando se fundó el 30 de octubre de 1950, el Comité pro Santa Cruz consiguió con movilizaciones, a las que el Gobierno de entonces intentó sofocar, que se le conceda a la región un 11 por ciento de los recursos provenientes de la explotación de hidrocarburos que se producían en el departamento. Gracias a esos ingresos la ciudad ha podido desarrollar sus servicios básicos de electricidad, agua potable y telecomunicaciones.
Otros hitos que se han logrado mediante movilizaciones ciudadanas como los cabildos han sido la elección de alcaldes mediante el voto popular, la recuperación de la democracia en 1982, la elección de los prefectos y, luego, la de los gobernadores de los nueve departamentos, la descentralización y, en la última década, las autonomías departamentales, que fueron incluidas en la nueva Constitución, promulgada precisamente por Evo Morales, tras una intensa confrontación.
Ahora el nuevo hito que pretende conseguir deriva de la demanda de alternancia en el Gobierno, pero sobre todo evitar la reelección indefinida del Presidente, no permitida en la Constitución. En ese proceso se ha encontrado con las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del domingo pasado, por lo que exige ahora en las calles con el paro indefinido una segunda vuelta.
El Comité pro Santa Cruz ha logrado replicar su organización en las 15 provincias de Santa Cruz. También en los nueve departamentos de Bolivia hay comités que integran el llamado movimiento cívico nacional, que se une para luchar juntos por demandas comunes en el país. Fue muy fuerte en las movilizaciones de 2008 por las autonomías, pero terminaron debilitados por el gobierno de Morales, que abrió juicio a algunos de sus principales líderes, a los que acusó de separatistas.
Se decía que con la vigencia de la democracia, pero sobre todo de los partidos y del Legislativo u otras autoridades electas, como espacios y actores de representación o de intermediación ciudadana, los comités tenderían a desaparecer. Algunos incluso fueron cooptados por el Gobierno. Sin embargo, vacíos de liderazgos políticos han sido ocupados por cívicos y ahora el Comité pro Santa Cruz se ha convertido en uno de los articuladores de las movilizaciones contra Evo Morales. Entre el año pasado y este 20019 ya ha liderado cinco paros que demandan la inhabilitación del Presidente y, ahora, el balotaje.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: