El presidente de Bolivia, Evo Morales, habló luego de las elecciones del domingo pasado en el país. En su declaración ante la prensa, insistió en que ganará en primera vuelta “con los votos rurales” y denunció un golpe de Estado. “Queremos denunciar al mundo entero que está en proceso un golpe de Estado. Se ha preparado la derecha para un golpe de Estado”, expresó.
“Es la cuarta elección consecutiva que ganamos. Quiero agradecer por este nuevo triunfo. Ganamos por más de medio millón de votos y tenemos mayoría absoluta gracias a todos los sectores sociales”, comenzó su intervención este miércoles por la mañana.
“Hemos garantizado la paz social. Queremos avanzar en todo lo que nos hemos propuesto. Nuestro proceso es imparable”, continuó.
Luego habló de un golpe de Estado. “Quiero denunciar al mundo entero que está en proceso un golpe de Estado. Se ha preparado la derecha para un golpe de Estado. Hasta ahora soportamos con paciencia para evitar la violencia. No hemos entrado en la confrontación. ¿Cómo se expresa el golpe de Estado? No dejando realizar el conteo de votos y con la quema de las instituciones”, detalló.
Después denunció que “están atentado contra candidatos electos” y se apartó de las críticas que lo señalan de querer perpetuarse en el poder: “No estamos en tiempos de colonias ni monarquías para designar presidentes. Les pido a los bolivianos organizarse, prepararse y defender la democracia. El pueblo boliviano ha enfrentado tantas agresiones, internas y externas. Estoy casi seguro de que con los votos de las áreas rurales vamos a ganar en primera vuelta”, enfatizó.
Por último, dijo que no va a “callarse”, y llamó a la comunidad internacional “a defender la democracia”. “Quiero decirle a la derecha que no siembre odio. Somos una gran familia boliviana y convoco a seguir trabajando por el crecimiento económico”, concluyó.
Siguen las protestas
Anoche ardió la sede regional del Tribunal Supremo Electoral en Potosí, y otras fueron también blanco de las iras de los manifestantes, con casi una treintena de detenidos en las protestas a lo largo del país.
El desencadenante de las revueltas tuvo su origen en la decisión del tribunal, que su ya ex vicepresidente cuestionó duramente, de lanzar esa noche una victoria de Morales en primera vuelta con base en un recuento provisional sin esperar al cómputo oficial.
Una decisión que “derivó en la desacreditación de todo el proceso electoral, ocasionando una innecesaria convulsión social”, lamentó Antonio Costas en su carta de despedida, revelando que él no estuvo de acuerdo.
El canciller boliviano, Diego Pary, salió en nombre del Gobierno para proclamar que aceptarán el resultado “sea cual sea”.
Carlos Mesa no se rinde
Una proclama que no le valió a Mesa y el candidato opositor de la alianza Comunidad Ciudadana se sumó por la tarde a las protestas en La Paz.
“No vamos a reconocer a un presidente que emerja fraudulentamente en este proceso electoral, no vamos a reconocer”, advirtió megáfono en mano ante cientos de seguidores que marchaban por las calles.
El que ya fuera presidente del país entre 2003 y 2005, cuando tuvo que renunciar en medio de una grave convulsión social, arengó a los suyos a no rendirse hasta forzar “una segunda vuelta electoral que la hemos ganado en el voto popular”.
Mesa necesita que Morales no llegue al 50 por ciento de votos ni al 40 con diez puntos de ventaja, para que los dos se vuelvan a medir en una nueva cita con las urnas en diciembre.
La esperanza opositora, desunida ahora en ocho candidaturas frente a Evo Morales, es que entonces todo su voto se concentre para derrotar al presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia, más de trece años desde que se alzó al sillón presidencial en 2006.
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