“Hemos tenido una reunión con los presidentes de los poderes del Estado. El motivo es buscar solución a la grave situación de violencia y vandalismo de los otros días. Pero también caminos de unión”, aseguró el presidente Sebastián Piñera desde el Palacio de La Moneda. En su intervención, llamó a la unidad contra la violencia, el vandalismo y la delincuencia, y por la democracia".
“Llamo a todos mis compatriotas a la unidad en estos momentos difíciles, a cuidar nuestro país, todo aquello que con tanto esfuerzo hemos construido y no podemos permitir que un grupo de violentistas dañen lo que juntos hemos construido”, dijo el Presidente.
Piñera, además, confirmó que ya envió al Congreso un proyecto de ley: “Esto va permitir suspender el alza de los pasajes del metro, hasta que encontremos una fórmula que permita proteger mejor a la población”.
El alza de 800 a 830 pesos, desató violentas protestas que derivaron en salvajes disturbios con saqueos, estaciones de metro vandalizadas y buses y edificios públicos incendiados.
El peor estallido social desde el retorno de la democracia en Chile no cede tras una violenta madrugada que dejó tres muertos y 716 detenidos, con nuevos incidentes este domingo en el centro de Santiago y otras ciudades del país. Manifestantes encapuchados volvieron a enfrentarse con efectivos policiales en la céntrica Plaza Italia, fuertemente resguardada en una nueva jornada de rabia callejera que no cesa y refleja un extendido malestar social.
Los incidentes, especialmente saqueos, se generaron pese a la instauración del toque de queda a partir de las 22 en medio del estado de emergencia, medida se estudia aplicar también este domingo en esas cinco regiones.
Las protestas estallaron con furia el viernes en Santiago, pero luego se fueron haciendo eco de muchas otras reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace años un gran descontento, y se fueron extendiendo a otras ciudades como Valparaíso y Concepción.
Ciudad paralizada y desolada
Prácticamente todo el gran comercio permanece cerrado, hay escaso transporte público, en tanto había vuelos suspendidos o cancelados en el aeropuerto. En los pequeños comercios que sí decidieron abrir y en algunas gasolineras habían extensas filas para abastecerse de víveres y combustible ante el temor de que se genere un desabastecimiento y un mayor caos vuelva a generarse el lunes.
Los estudiantes llamaron a nuevas movilizaciones y se prevé una gran dificultad en los traslados, al mantenerse gran parte del metro cerrado por los daños causados el viernes en la noche.
Según el gobierno, 78 estaciones de metro sufrieron destrozos graves y tres vagones fueron incendiados. Los taxis y las diversas aplicaciones móviles de transporte -cuyas tarifas estaban por las nubes- eran por lo pronto prácticamente la única forma de movilizarse en esta cuidad de siete millones de habitantes.
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