(Desde Managua) El descuartizamiento de un hombre, cuyos restos fueron enterrados en diferentes sitios de una solitaria carretera de Managua, capital de Nicaragua, llevó a las autoridades nicaragüenses a descubrir una red centroamericana de narcotráfico cuyo cabecilla era un diputado aliado del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que, además, era pastor de una iglesia evangélica.
El imputado se llama Francisco Sarria García y es diputado suplente del Parlamento Centroamericano por parte del gobernante partido de Nicaragua, FSLN.
Según la acusación del Ministerio Público interpuesta en los juzgados de Managua, el político y religioso dirigía una estructura criminal que traficaba cocaína y marihuana desde Costa Rica a Nicaragua, hasta entregarla en Honduras.
De acuerdo a la acusación penal, el diputado evangélico era identificado en el mundo del hampa bajo el alias “El Doc”.
“Usaba la vía marítima y terrestre por Mechapa, comunidad costera del departamento de Chinandega (a 140 kilómetros al oeste de Managua), fronteriza con Honduras, para entregar los cargamentos y recibir el dinero", según la Fiscalía, en una audiencia a puertas cerradas donde ampliaron detalles de una acusación contra cinco de los integrantes de dicha banda.
En la documentación formal del caso, la agrupación estaba integrada por los guatemaltecos Siles René Galindo Recinos y Lucas Medrano Ramírez; los nicaragüenses Marcos Manuel Amaya Narváez y Carlos Enrique Cortez Guevara y el colombiano Everth de Ríos Ospina.
Ellos fueron acusados por crimen organizado, tráfico de drogas y el asesinato de Máximo Ríos Orozco, un compinche a quien descuartizaron en presencia del pastor evangélico por haber fallado en la entrega de un cargamento de drogas.
El crimen ocurrió en una finca ubicada en Buenos Aires, municipio Villa El Carmen, al suroeste de Managua.
En septiembre la organización de Sarria planificó el traslado de 252 kilos de cocaína desde Costa Rica hacia Chinandega, Nicaragua, de acuerdo a la acusación fiscal.
En Mechapa, zona costera cercana a Honduras, el trasegador Máximo Ríos entregaría la droga y recibiría 60 mil dólares de pago por el "servicio".
La droga sería entregada a un sujeto identificado como El Conejo, quien se encargaría de sacarla de Hondura hacia México.
El 11 de septiembre, fecha en que ocurriría la transacción, Ríos no se apareció por la zona como se había acordado.
La banda decidió citarlo el 24 de septiembre a la finca en Villa El Carmen donde lo torturaron y asesinaron, según la acusación, ante la presencia impasible del pastor acusado.
Entre las pruebas que la Fiscalía presentó contra el pastor y diputado, figuran testigos presenciales que forman parte de la banda capturada, información sustraída de los celulares incautados a los acusados y fotografías del desmembramiento de Ríos.
Este hombre ya había purgado pena de diez años de cárcel por transporte internacional de droga y desde diciembre de 2018 estaba bajo libertad condicional.
En la acusación ventilada en los juzgados, se precisa que el ahora occiso fue torturado a golpes y cortado vivo a machete en un campo de maíz, mientras sus socios le preguntaban dónde estaba el cargamento.
Su cuerpo fue mutilado en varias partes, empacado en cuatro sacos y enterrado en parajes solitarios de la carretera vieja a León a varios kilómetros de distancia de donde lo asesinaron.
El 26 de septiembre un campesino de la zona encontró un saco con la cabeza de Ríos y avisó a la Policía, la cual encontró las otras partes del cuerpo e inició la investigación del crimen.
Según la acusación, el diputado Sarria utilizaba su camioneta con placas diplomáticas y logotipo de la Asamblea Nacional de Nicaragua, para desplazarse libremente entre fronteras sin levantar sospechas.
Desde que estalló el escándalo, el diputado ha desaparecido de escena pública y se desconoce su paradero.
La Policía no ha confirmado ni negado su detención, su familia en Managua no da respuesta y sus aliados políticos aseguran desconocer su destino.
Sin embargo, en una audiencia del pasado 14 de octubre, un juez ordenó su prisión preventiva y abrió el caso a juicio.
La Asamblea Nacional, responsable de procesar el desafuero de funcionarios públicos involucrados en delitos, no ha procesado la inmunidad parlamentaria a la que renunció el acusado ante el escándalo y en las audiencias judiciales a puertas cerradas ningún medio de comunicación ha podido confirmar la presencia del pastor evangélico.
Sarria es un pastor de 61 años de edad de bajo perfil político y religioso. Es suplente del diputado Guillermo Osorno, propietario ante el Parlamento Centroamericano y aliado político del Frente Sandinista que lidera el exguerrillero de izquierda Daniel Ortega.
Osorno y Sarria forman parte del partido político Camino Cristiano Nicaragüense, el cual se alió a Ortega en 2006 y por medio del cual lograron un escaño en el Congreso nicaragüense, siempre como propietario y suplente.
El ahora acusado es pastor de la iglesia Centro de Adoración Familiar que funciona en Managua y viajaba constantemente a Guatemala, sede del parlamento centroamericano.
Según el expediente de la Fiscalía, a la víctima primero lo golpearon a puñetazos y patadas, luego lo arrastraron a un campo de maíz, le cortaron la oreja derecha, le abrieron una herida en una pierna, luego le amputaron las manos, luego los pies y la cabeza.
La noche de ese día la banda, incluyendo Sarria, trasladaron los restos para enterrarlos en varios lugares.
De ser encontrado culpable por el crimen, el pastor evangélico podría purgar una condena de 30 años de cárcel, que es la pena máxima establecida en Nicaragua.
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