El principal candidato opositor a la Presidencia de Bolivia, Carlos Mesa, ha cerrado este martes en la noche su campaña electoral en la ciudad de La Paz, criticando fuertemente a su rival en las elecciones del 20 de octubre, el actual mandatario Evo Morales.
“Este es un momento en el que tenemos que decidir entre el camino autoritario a la dictadura y el camino de la construcción democrática”, ha expresado el escritor y periodista Mesa ante miles de seguidores convocados en la capitalina Plaza de San Francisco.
“Somos personas con una consciencia libre, que nadie puede sojuzgar, y menos el caudillo que pretende imponerse sobre nosotros, y no lo va a lograr. Porque trece años, casi catorce, ya son demasiados”, ha insistido el candidato opositor, que ya gobernó el país entre 2003 y 2005 tras la dimisión, durante las protestas conocidas como la ‘guerra del gas’, del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien era vicepresidente.
Mesa se ha acercado a unos diez puntos de su rival, Morales, según dos encuestas recientes. Es posible que fuerce al actual mandatario a medirse en una segunda vuelta por primera vez en 17 años, aunque otros sondeos dan al oficialista una ventaja suficiente para evitar el balotaje.
El candidato opositor ha denunciado una “guerra sucia hasta la náusea” en la campaña de cara a los comicios de este domingo.
“No creo que hayamos vivido una historia electoral, y sé mucho de ello, porque como periodista y como político las he vivido muchas, que haya tenido un desarrollo tan brutalmente vergonzoso en contra de una candidatura”, ha sostenido.
CRÍTICAS A MORALES
Mesa ha criticado duramente que Morales se haya presentado a los comicios a pesar de que la Constitución del país impide la reelección por más de dos periodos consecutivos, y tras haber rechazado el pueblo esa posibilidad en un referéndum celebrado en febrero de 2016.
El Tribunal Constitucional autorizó, sin embargo, en noviembre de 2017, una nueva postulación de Morales, mediante un polémico fallo, apelando a sus “derechos políticos”.
“Ya es demasiada injusticia de una justicia podrida hasta los huesos. Ya es demasiada corrupción”, ha denunciado Mesa mientras sus seguidores ondeaban las banderas naranjas y verdes de su movimiento político, conocido como Comunidad Ciudadana, formado por varios partidos y asociaciones de la sociedad civil
“¡Que no, que no, que no me da la gana, vivir en dictadura como la venezolana!”, han cantado los congregados en la Plaza San Francisco. La mayoría criticaba al Gobierno de Morales, antes que defender al candidato por el que votarán.
“No tenemos más opción que Mesa”, ha admitido la jubilada Luz Angélica Salazar, presente en la marcha.
“Este presidente Morales nos dijo que se iba a ir. Nos ha preguntado, se ha gastado el dinero. Y se ha pensado que le íbamos a decir que sí. Pero no queremos más. Queremos un cambio, y nuestra democracia”, ha añadido.
Mesa mantuvo durante su anterior y corta Presidencia una popularidad superior al 60 por ciento, a pesar de no contar con apoyo en el Congreso, pero renunció durante un estallido social en las calles, liderado por Morales, entonces sindicalista cocalero, en reclamo de la nacionalización de los hidrocarburos.
“Mesa siempre nos ha hecho quedar bien. No le quisieron apoyar, y antes de enfrentarse a la gente prefirió irse. Pero Morales nos ha hecho enfrentar con palos por tener otras ideas”, ha criticado Salazar.
“Fue una Presidencia muy corta, y para evitar mayores convulsiones dio un paso al costado para que Bolivia pudiese tener tranquilidad”, ha apuntado, por su parte, Rosemery Vargas, candidata a diputada de Caranavi, un municipio del norte paceño, tradicionalmente afín a Morales.
No es el caso de su comunidad. “Nosotros no hemos visto obras, sino un total abandono, y estamos cansados de la discriminación que tiene Evo con ciertos sectores. A algunos les da y a nosotros, como no coincidimos con sus ideas, nos lleva a la contra y nos hace un total abandono”, ha explicado.
Vargas critica también la decisión de Morales de optar a un cuarto mandato, que choca con la cultura de indígenas como ella. “Nosotros tenemos la costumbre de siempre rotar las comunidades para evitar los malos manejos, como en la dictadura que se está imponiendo, que persigue al diferente”, ha aseverado.
EL RECHAZO DE LOS JÓVENES
Morales parece estar teniendo problemas en atraer el voto joven, según arrojan algunos sondeos. "Los jóvenes no conocemos de dictaduras reales como ha ocurrido antes en Bolivia, pero sí vimos cómo el Gobierno pisoteó la Constitución para reelegirse", ha explicado el escolar Juan Carlos Barrero, de 18 años, y que votará por primera vez.
Cree que Morales ha cambiado. “Antes era un hombre sencillo, pero ahora es autoritario. Ni siquiera te da la mano”, ha expresado.
Barrero ha criticado también el “despilfarro” gubernamental. “Eso es la casa grande del pueblo”, dice, girándose, y señalando un edificio de 26 pisos situado a su espalda, erigido por Morales como nueva sede gubernamental. “Su construcción es innecesaria, teniendo el tradicional y bastante elegante Palacio Quemado. Y además están los viajes en helicóptero y la corrupción”, añade.
También la secretaria Mirta Aguilar ha denunciado la malversación de fondos públicos: “Hay unos cuantos que se están enriqueciendo con el partido de Morales y eso no puede ser”.
Parte de la oposición opta por desconocer a Morales si gana los comicios, al considerar ilegal su reelección. “Lo normal sería eso, pero lamentablemente entraríamos en situaciones muy delicadas”, ha expresado Aguilar con cautela.
Los detractores del presidente también le culpan de haber favorecido, mediante decretos que favorecían la expansión de la frontera agrícola, los incendios de agosto en el Amazonas, que calcinaron al menos cuatro millones de hectáreas, según la ONG Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
“Han matado nuestros pulmones. ¿En cuántos años Bolivia va a volver a recuperar todo lo que Morales ha quemado?”, se ha preguntado Aguilar.
El principal candidato opositor confía en poder forzar una segunda vuelta electoral, que se celebraría el próximo 15 de diciembre.
Con información de Europa Press
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