El Gobierno y los indígenas ecuatorianos llegaron este domingo a un acuerdo a través del cual se derogará el decreto 883, que eliminó el subsidio a los combustibles y provocó la actual ola de protestas.
“Con este acuerdo se terminan las movilizaciones y medidas de hecho en todo el Ecuador y nos comprometemos de manera conjunta a restablecer la paz en el país”, señala el acuerdo.
Moreno aceptó dejar sin efecto el decreto sobre la supresión de los subsidios que disparó el precio del diésel y la gasolina en 123%, y que arrojó a las calles a miles de indígenas, apoyados por otros sectores, en protestas que dejaron siete muertos, 1.340 heridos y 1.152 detenidos.
Es “una solución para la paz y para el país”, celebró el presidente ecuatoriano en Twitter. “El Gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan. ¡Se recobra la paz y se detienen el golpe correísta y la impunidad!”.
Jaime Vargas, titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que lideró las manifestaciones, confirmó que “se levanta la medida de hecho en cada uno de nuestros territorios”.
“Se ha dejado sin efecto el decreto 883 y eso es para todo el país. ¡Viva el Ecuador! ¡Viva la paz!”, proclamó.
El acuerdo fue anunciado tras unas cuatro horas de negociación cara a cara entre Moreno y la Conaie, en un centro salesiano de Quito.
Miles de personas hicieron sonar cacerolas y cornetas celebrando el fin de la peor crisis en Ecuador en casi dos décadas, constataron periodistas de Infobae en el lugar.
También hubo fuegos pirotécnicos en los exteriores del Ágora, el coliseo donde se concentraron los indígenas que llegaron a la capital para protestar contra las medidas de austeridad.
Huella violenta
El fin de la crisis llegó en pleno toque de queda en Quito impuesto por Moreno tras la violenta jornada de manifestaciones del sábado en la capital.
Este domingo todavía podían verse grandes destrozos en puntos de la ciudad. Sobre una vía aún estaba el esqueleto de un vehículo policial devorado por las llamas.
La protesta que estalló el 2 de octubre también interrumpió el transporte de petróleo -la mayor fuente de divisas- por el principal ducto del país, debido a la ocupación de pozos en la Amazonía.
Moreno decretó el estado de excepción al día siguiente de iniciadas las manifestaciones y movilizó a las Fuerzas Armadas para contener el estallido social.
En el poder desde 2017, el mandatario enfrentaba su mayor crisis por las reformas que convino con el FMI para aliviar el pesado déficit fiscal que achaca al derroche, endeudamiento y corrupción del gobierno de Correa.
Los indígenas, que representan el 25% de los 17,3 millones de ecuatorianos, son el sector más castigado por la pobreza y principalmente trabajan en el campo.
Con la liberación de los precios de los combustibles, debían pagar más para transportar sus productos al tiempo que temían una inflación generalizada.
El sábado Moreno había acusado a su antecesor Rafael Correa y al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de estar tras la violencia. Ambos líderes se han burlado antes de señalamientos similares.
“Fuerzas oscuras, vinculadas a la delincuencia política organizada y dirigida por Correa y Maduro -en complicidad con el narcoterrorismo, con pandillas, con ciudadanos extranjeros violentos- causaron zozobra, violencia nunca antes vista”, expresó entonces.
(Con información de AFP)