Las imágenes de los enfrentamientos entre manifestantes ecuatorianos y las autoridades continúan causando impacto en las redes sociales aún después del acuerdo alcanzado entre las organizaciones de protesta y el gobierno de Lenín Moreno, que acordó derogar el proyecto de quita de subsidios a los combustibles.
Una de las imágenes que más revuelo causaron fue un video difundido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo que instó al Ejecutivo a respectar los derechos de los manifestantes.
Un pequeño grupo de ellos estaban en un enfrentamiento más verbal que físico con los uniformados, detrás de una improvisada barricada. Entre el humo de un neumático quemado, se escucha un disparo. Con la precisión de un francotirador (si es que su intención era esa), un policía o militar no captado en el video hizo impactar el proyectil en la cabeza del manifestante, que estaba cubierto apenas por un cartón en una avenida ancha de Quito.
“¡Lo mataron!”, exclamó estupefacto uno de los presentes, más cerca de la cámara.
Otro video también compartido en las redes muestra la escena posterior al impacto. El joven es cargado por sus compañeros, que gritan buscando a un médico. “¡Protege su cuello!”, reclama uno de los presentes, mientras continúan los pedidos de auxilio.
No trascendió la identidad y estado de salud de la víctima, aunque se ve una herida ensangrentada en la cabeza. El saldo, que parece ser el final, es de siete muertos y cientos de heridos.
En su mensaje, la CIDH indicó su “enérgica condena" al disparo y urgió a investigar el hecho para sancionar a los responsables. Aunque no se tiene precisión sobre la hora y el lugar del hecho, usuarios señalaron que ocurrió el sábado, alrededor del momento en que el gobierno declaró el toque de queda.
La capital fue escenario de violentas protestas, que deberán finalizar según un compromiso alcanzado el domingo por la noche entre el gobierno de Lenín Moreno y el movimiento indígena que lideró las manifestaciones. La negociación fue cara a cara, con mediación de la ONU y la Iglesia católica.
Tras conocerse el entendimiento, Quito fue tomado por escenas de júbilo, luego de casi dos semanas de protestas.
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