El movimiento indígena de Ecuador, que encabeza las protestas contra las medidas de austeridad económica adoptadas por el Gobierno a petición del Fondo Monetario Internacional (FMI), aceptó el diálogo ofrecido por el presidente Lenín Moreno, tras diez días de manifestaciones y disturbios en el país.
A pesar de que inicialmente se había negado en rotundo a conversar con Moreno si este no reponía los subsidios a los combustibles, principal exigencia de las protestas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) anunció este sábado en un comunicado que se abre al diálogo directo con el presidente.
El cambio de postura de la principal federación de indígenas de Ecuador llegó tras “un proceso de consulta con las comunidades, organizaciones, pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales”, se indica en un comunicado.
Jaime Vargas, presidente de la Conaie, señaló en la Asamblea que el movimiento indígena debe separarse de quienes intentan dividirlos y señaló que hay intención de sectores afines al ex presidente Rafael Correa. Criticó que políticos como los correístas Gabriela Rivadeneira y Virgilio Hernández convoquen a movilizaciones. “Los correístas quieren aprovechar este espacio”, señaló Vargas, según informó el diario ecuatoriano El Comercio.
El contenido de la nota de prensa ya había circulado a última hora del viernes pero desde la dirección de la Conaie, encabezada por Jaime Vargas, se había calificado de falso y se reiteraba la postura inicial de no dialogar hasta que se derogara el decreto 883, que eliminó los subsidios a los combustibles.
También exigían en un principio los ceses de la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, y de Defensa, Oswaldo Jarrín, a los que hacen responsables de la represión de las protestas.
Ahora, en cambio, el movimiento indígena dialogará con miras a la derogación del decreto pero también a su “revisión”, aunque aclaró que no conversará “sobre ningún tipo de compensación”, mientras que no se menciona nada sobre los ministros.
El acercamiento entre las posturas inicialmente intransigentes del Gobierno y de los indígenas llega después de que se registren a nivel nacional al menos cuatro muertos, más de 850 heridos y más de mil detenidos en las protestas que se iniciaron el 3 de octubre.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía continuaron este sábado con más heridos con un número aún por determinar en el centro de la ciudad, que quedó casi sitiado por los distintos bloqueos en sus accesos.
Los alrededores al parque de El Arbolito y la Casa de la Cultura Ecuatoriana, tomada por miles de indígenas como su cuartel en estas protestas, fueron escenario de una gran batalla campal con barricadas, fogatas y bombas lacrimógenas que lo dejaron todo lleno de cortinas de humo.
Al mismo tiempo, las protestas también se extendieron al resto de la ciudad, especialmente a la zona norte, donde están los barrios más acomodados y pudientes, que fueron atravesados por distintas marchas, una de ellas solo formada íntegramente por miles de mujeres.
Los bloqueos y manifestaciones también se repiten por el resto del territorio ecuatoriano, lo que ha provocado problemas de abastecimiento de alimentos en combustible en varias provincias.
Con información de EFE
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