Washington expresó el viernes su apoyo al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, y a sus “necesarias” reformas económicas, mediante un comunicado del secretario de Estado Mike Pompeo difundido tras más de una semana de protestas y violentos disturbios en el país sudamericano.
"Estados Unidos apoya los esfuerzos del presidente Moreno y del gobierno de Ecuador para institucionalizar las prácticas democráticas y aplicar reformas económicas necesarias", afirma el comunicado, aludiendo, entre otras medidas, a la eliminación de los subsidios a los carburantes que se tradujo en un aumento de más de 120% de su precio y provocó amplio descontento.
“Reconocemos las decisiones difíciles tomadas por el gobierno de Ecuador para (...) promover un crecimiento económico duradero”, añadió el responsable de la diplomacia del gobierno de Donald Trump, asegurando que Washington seguirá “trabajando en colaboración con el presidente Moreno en apoyo de la democracia, la prosperidad y la seguridad”.
De este modo, Estados Unidos se suma a Argentina y Brasil, entre otros países, en el apoyo a un Moreno que pretende aplicar el paquete de medidas pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir 4.000 millones de dólares. Por otro lado, el jefe de la diplomacia de EEUU señaló que están al tanto y vigilan “las alegaciones de la implicación de actores externos en estas protestas”.
Hasta ahora, Washington no se había pronunciado sobre la actual situación en Ecuador.
Este país, que cumple este viernes nueve días de protestas, está bajo un estado de excepción decretado el 3 de octubre por Moreno para velar por la seguridad y evitar el caos. A principios de este mes, Moreno anunció la liberación del precio de las gasolinas como consecuencia de la eliminación del subsidio y anunció otras reformas laborales y tributarias que presentaría al Parlamento, en el marco del acuerdo crediticio con el FMI.
El paquete de ajustes respondió a las necesidades de liquidez de Ecuador, que en marzo pasado obtuvo de organismos internacionales una línea de crédito de más de 10.000 millones de dólares.
El acuerdo con el FMI, que aportó 4.200 millones, venía acompañado de una serie de demandas para reducir el gasto público e incrementar los ingresos del Estado, lo que despertó la indignación de grupos de trabajadores, indígenas y otros sectores sociales.
A día siguiente, organizaciones sindicales e indígenas anunciaron el inicio de “movilizaciones graduales y permanentes” contra lo que denominaron el “paquetazo neoliberal” del Gobierno de Moreno, y finalmente, el jueves, el líder de la máxima organización indígena (Conaie) rechazó el diálogo y llamó a radicalizar las protestas.
En efecto, protagonizaron nuevos y cada vez más violentos choques con la fuerzas de seguridad este viernes en Quito, después del llamado de los líderes a radicalizar las acciones tras el fracaso de una tentativa de diálogo. La capital ecuatoriana vivió un rebrote de la violencia que ya deja cinco muertos y casi 2.000 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Los disturbios se reactivaron en los alrededores de la sede legislativa, que había sido asaltada brevemente por los indígenas el martes, y en otro punto céntrico de Quito.
Los manifestantes lanzaron piedras y pirotecnia a los uniformados que respondieron con gas lacrimógeno y proyectiles de goma. Vehículos antimotines avanzaron sobre encapuchados que llevaban lanzas y escudos de madera.
“¡Asesinos!”, gritaron los indígenas que, según sus testimonios, fueron interceptados cuando pretendían concentrarse en el coliseo Ágora, donde está reunida la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que lidera la protesta.
Los choques recrudecieron con la llegada a Quito de indígenas del Amazonas armados con lanzas. “Aquí se están violando los derechos humanos”, dijo enfurecido Marlon Vargas, dirigente de esas comunidades.
Con información de AFP y EFE
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